Noche muy especial la de ayer para Mario Vargas Llosa en Madrid, pues se presentaba el documental biográfico que narra sus primeros 26 años de vida, Mario y los perros, dirigido por Chema de la Peña. Junto a él en tan significativa cita, no podía faltar Isabel Preysler. Paradigma de la elegancia, volvió a conseguir que su imagen destacara gracias a un estilismo que, curiosamente, interpretaba los códigos que gustan a las royals para vestir en las grandes ocasiones y, en concreto, a doña Letizia. Un gran acierto, para una inolvidable velada.
Este supone el segundo guiño de Isabel Preysler a la moda que triunfa en la realeza en solo 24 horas tras recuperar con gran acierto el rompedor cinturón con el que nos saludó doña Letizia hace 12 años. Hoy, otro accesorio también conecta los vestidores de ambas mujeres: su bolso.
Para la ocasión, la pareja de Mario Vargas Llosa apostó por el modelo Archy en blanco de la firma asturiana Reliquiae, un diseño que tiene en otros colores que no es la primera vez que vemos en sus manos. Doña Letizia también ha definido su imagen con este vanguardista complemento y en ocasiones tan significativas como la celebración de la Pascua Militar en 2016.
Y si este accesorio recordaba a la esposa de Felipe VI, Isabel apostó por un traje sastre en color blanco que, igualmente, conecta con el vestidor más especial de la Reina. Una tendencia que gusta también a otras royals y primeras damas, y que definió la imagen de doña Letizia en significativas ocasiones como en su pedida de mano. Un conjunto histórico que recuperaría 15 años después durante su visita oficial a Marruecos el pasado mes de febrero.