En materia de eventos de gala, Georgina Rodríguez está empezando a hacerse con unas buenas tablas. Si ya fue una de las invitadas que más deslumbró en Venecia, la 72ª edición del Festival de Cannes que tiene lugar en la localidad costera tampoco se ha resistido a su estilo y ha entrado directa al podio de las mejor vestidas de su alfombra roja. Ha sido en el estreno de Érase una vez en Hollywood donde la modelo, pareja del futbolista Cristiano Ronaldo, ha tenido la oportunidad de codearse con estrellas de la talla de Quentin Tarantino, Brad Pitt, Leonardo DiCaprio, Margot Robbie y un sinfín de ángeles de Victoria's Secret, quienes suelen acaparar los flashes. Lejos de quedar en un segundo plano la española ha vuelto a triunfar. Apostando por un diseño negro, el color más elegante de la paleta, ha dado un golpe de efecto con un look a la altura de las expectativas. Un nuevo hito en su carrera estilística de vestidos largos con pronunciado escote y acabado muy sensual.
Acostumbrada a convertir cada una de sus apariciones de fiesta en una oda a las curvas, Georgina apostó por un vestido ajustado que marcaba su silueta y dejaba los hombros al descubierto, un diseño cuya parte de arriba a modo de corsé, potenciaba su figura de reloj de arena. El patrón, con cierto aire clásico, que recordaba a los grandes diseños de Hollywood, era obra de Ali Karoui. El objetivo de las creaciones del artista tunecino no es otro que el de magnificar la feminidad trabajando con brocados y texturas que creen diseños que se inspiran en cuentos de hadas, por lo que parecía más que apropiado para el gusto de la modelo.
A juego con el color de la creación, unas sandalias de tiras de tacón de Giuseppe Zanotti -un modelo que conocíamos con anterioridad ya que fue el mismo que llevó a la inauguración de su último proyecto en Madrid. Para terminar de completar su look, salpicó el diseño con joyas de Chopard, en concreto con diamantes en forma de unos pendientes redondeados y un collar que terminaba en un corazón azulado muy similar a la preciada joya de Titanic, el zafiro de la película conocido en la ficción como El corazón del Océano.
El detalle más llamativo, además del sinfín de lentejuelas que hacían parecer el vestido una fina malla, fue el corte del escote. Muy pronunciado, es un tipo de diseño que recuerda a uno de los estilismos más icónicos de la princesa de Gales, una creación firmada por Christina Sambolian que ha pasado a la historia de la moda conocido como 'el vestido de la venganza', ya que fue el que utilizó el mismo día que Carlos de Inglaterra iba a anunciar su relación con Camilla, la actual duquesa de Cornualles.
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