La semana ha comenzado ajetreada para Kate Middleton. Si ayer acudía dos eventos diferentes con motivo de su diseño del Chelsea Flower Show en el Royal Hospital, hoy asiste junto a su marido a una fiesta ofrecida por la Reina en los jardines de Buckingham Palace, cita en la que sustituye sus dos últimos looks cómodos y bohemios por un conjunto que recupera su imagen más clásica y atemporal. Los Duques han formado parte de las decenas de miles de invitados a la fiesta anual que Isabel II organiza con motivo de la llegada del buen tiempo, un elegante evento de estricta etiqueta en el que los hombres van de chaqué y las mujeres con tocado, donde Kate ha aprovechado para volver a sus orígenes después de un periodo de evolución estilística.
La duquesa de Cambridge ha recurrido a una de sus fórmulas de estilo preferidas para las citas de día más formales: el abrigo-vestido. Sin embargo, cambia su adorada paleta de azules por un refrescante rosa empolvado de Alexander McQueen, una de sus firmas de referencia. Se decanta por un modelo con efecto dos piezas, con cuello solapa estilo blazer y dos hileras de botones forrados entallado a la cintura y con falda evasé tableada
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Siguiendo el protocolo, añade tocado para coronar su recogido bajo, un diseño tipo plato a conjunto con el vestido confeccionado en un tejido ligero y decorado con un conjunto de plumas y flores. En cuanto a las joyas, recupera unos pendientes colgantes rematados con perlas ovaladas y luce de nuevo su anillo de compromiso, una pieza azul que perteneció a la princesa Diana. Para completar el look y mantener la estética delicada y elegante, remata con complementos discretos: bolso de mano tipo sobre en color nude y salones de ante a tono.