Nieves Álvarez y su homenaje al inolvidable vestido de flecos de Salomé 50 años después

La modelo brilló anoche gracias a un diseño inspirado en el look con el que la cantante catalana ganó Eurovisión en el año 1969

por Paula Callejo

Después de meses de expectación, ayer por fin tuvo lugar la gran final de Eurovisión 2019 en Tel Aviv. El mediático certamen estuvo seguido por cientos de millones de personas alrededor de todo el mundo y, desde España, se vivió con gran ilusión la actuación de nuestro representante Miki Nuñez, quien finalmente quedó en 22ª posición. La otra gran representación española de la noche vino de parte de Nieves Álvarez, la encargada de desvelar los votos que otorgaba el jurado de nuestro país. Con la Alhambra de fondo, la modelo repitió la experiencia y volvió a brillar gracias a un impactante vestido que escondía un homenaje totalmente apropiado para la ocasión.

La madrileña, que aterrizaba unas horas antes directa desde Cannes, ha derrochado glamour y estilazo en los últimos días tanto dentro como fuera de la alfombra roja desplegada en la Croisette. Anoche cambió de estilo para apostar por una estética más festiva sin alejarse de su característica elegancia, y conquistó Europa con un diseño que, tal y como ella reveló, tiene historia. Nieves presumió de figura gracias a un modelo 'mini' del español Fernando Claro confeccionado a base de flecos brillantes que bailaban a cada paso que daba 

Antes de que diera comienzo el certamen, la top daba pistas sobre su estilismo al compartir un vídeo en el que se escuchaba el tema Vivo Cantando al piano, lo que indicaba que Nieves iba a rendir homenaje a la icónica canción. Y, efectivamente, apareció en pantalla rodeada de flecos, un claro guiño al vestido azul de Pertegaz con el que Salomé actuó en el festival de Eurovisión en el año 1969. Aquella edición fue la última vez que España ganó el certamen, y lo hizo empatada con Reino Unido, Francia y los Países Bajos.

La modelo española quiso modernizar aquel icónico estilismo y ejercer de amuleto para Miki justo 50 años después, y, aunque al final no pudo ser, nuestro país sin duda se hizo con el premio a la elegancia gracias a ella. Completó el conjunto con unas sandalias-joya de Stuart Weitzman con pulsera al tobillo y tacón decorado con pedrería y joyas de Bvlgari, firma de la que es embajadora.