Durante la conmemoración del 175º aniversario de la Fundación de la Guardia Civil en el Palacio Real de Madrid, la reina Letizia ha renovado su imagen con una prenda de estreno y de temporada. Un vestido bicolor que se caracteriza por combinar el dúo que no pasa de moda, el blanco y negro. Sin embargo, la elección de la esposa de Felipe VI no es casual y dispone ambas tonalidades de forma estratégica para conseguir un efecto estilizador, principalmente, en la zona del pecho y de los hombros. Un truco que ya encontró en un diseño inscrito en esta tendencia dual de neutros en 2015 y con el que conectó con la actriz Blake Lively.
En esta ocasión, estrena un vestido midi con manga al codo, en color blanco en la base y con bandas negras enmarcando el pecho y marcando los hombros firmado por Carolina Herrera, una de sus casas de referencia. Un efecto estilizador que llama aún más la atención al optar por complementos en un discreto tono nude. En sus manos, clutch tipo sobre con acabado acharolado de Felipe Varela y, como calzado, sus salones de altísimo tacón de Prada.
Tampoco ha querido recargar su imagen con las joyas elegidas. Se decanta por piezas poco ostentosas, como sus pendientes con forma de pluma de Chanel en oro blanco y diamantes. Un diseño que pertenece a la colección Plume de la casa francesa y que tiene un valor de 6.800 euros. Una vez más en su mano izquierda, muestra su último anillo misterioso con forma ovalada, que le está acompañando en muchos de sus looks desde el pasado 24 de abril.
Su vestido se asemeja mucho al que posee en desde 2015 y que ha llevado en más de una ocasión. Un miracle-dress de Carolina Herrera que debido también a la disposición de los colores crea un efecto mágico estilizador. Modelos que además se convierte en otro gran éxito de la Reina que se siente cómoda con las creaciones en blanco y negro y con las que consigue looks inolvidables.