Es ya una de las mujeres de la realeza que se niega a perderse la Gala Met, ya que la aparición de Carlota Casiraghi ha empezado a convertirse en una de las más esperadas -especialmente en 2018 cuando llevó un look premamá-. Como suele ocurrir con las invitadas a esta fiesta, una celebración que inaugura la exposición del Instituto del Traje en el Museo Metropolitano de Arte, la princesa se ha ceñido a la etiqueta del evento, al que acude por tercera vez (la primera, en 2016). Experta en protocolo, ha sabido cómo interpretar a su manera el Camp: Notes of Fashion, la temática de la celebración de este año que se centra en la exageración, la moda sobrecargada, el más es más. El punto opuesto al minimalismo, que más que barroco podría ser calificado como rococó, también ha aparecido en el vestido de la hija de Carolina de Mónaco.
Firmada por Saint Laurent, la obra de escote corazón, un tipo de corte muy favorecedor que potencia el pecho, Carlota Casiraghi ha optado por un vestido enteramente en negro, uno de sus colores predilectos, cubierto de lentejuelas. El toque fantasioso de su vestido de encontraba más abajo, concretamente en la falda que, de estilo tail hem, era corta por delante alargándose por detrás llegando a alcanzar el suelo. Además de la marcada asimetría entre la zona delantera y la trasera, estaba compuesto de volantes -hasta nueve-, que hacían que el diseño de la princesa de Mónaco ganara dinamismo y, de paso, puntos de estilo camp.
Mientras que otras invitadas hicieron de los complementos elementos que sobrecargaran sus estilismos, Carlota prefirió la opción contraria escogiendo accesorios que se limitaran a acompañar a la pieza, como sandalias de tiras negras, una sutil pulsera de diamantes y pendientes con forma de flor, una joya que lucía de manera particular gracias a su beauty look. La Princesa quiso darle un toque roquero al resultado final llevando el pelo hacia atrás con efecto wet y el resto de su melena suelta y ligeramente ondulada. Por último, completó la mezcla con un delineado que resaltaba su mirada y un pintalabios color tostado.