Doña Letizia continúa con su agitada agenda como parte del viaje de cooperación por Mozambique en solitario que durará poco más de 48 horas. Esta mañana ha visitado el centro de investigación en salud de Manhiça, acto para el que ha escogido un look discreto y muy cómodo, totalmente acertado para la ocasión. La Reina recuperaba un traje de verano que estrenó el pasado año en su visita al Caribe y que combina de misma forma, con top lencero de Zara y zapato plano, confirmando así sus tres nuevos básicos internacionales. Posteriormente, ha estrenado un look para almorzar con el presidente del paíns anfitrión, Felipe Nyussi, y su esposa, Isaura, que, a pesar de resultar altamente favorecedor, ha generado una duda en redes.
El matrimonio presidencial ha recibido a la reina Letizia a a la entrada del Palacio de Ponta Vermelha, donde han posado ante la prensa convocada. De esta manera, hemos podido comprobar que la esposa del rey Felipe VI ha cambiado su vestuario para decantarse por una opción más sofisticada y acorde con la situación. Siguiendo una de sus tendencias preferidas últimamente, ha estrenado un look camisero de falda midi y cinturón incorporado, aunque esta vez ha renunciado a los estampados en favor de un modelo liso teñido de un favorecedor tono azul celeste. Este tipo de modelos resultan un acierto seguro debido a que se adaptan perfectamente a cualquier tipo de silueta, tal y como han demostrado numerosas royals, entre ellas Meghan Markle durante su embarazo. Sin embargo, este estilismo de la Reina ha provocado un curioso debate: ¿se trataba realmente de un vestido o son dos piezas separadas?
A pesar de que la mayoría de sus seguidoras afirmaba que la Reina habría optado por uno de los trucos de moda preferidos de las expertas, posteriormente se ha desvelado que era una única prenda perteneciente a la casa española Pedro del Hierro. Doña Letizia ha rematado el look con complementos en distintos tonos de azul rescatados de su vestidor, como los salones marino de Carolina Herrera que llevaba a su llegada al país africano y cartera de mano alargada con efecto de serpiente perteneciente a la firma española Magrit. Curiosamente, tanto el patrón del vestido como su color y el de los complementos que lo acompañan recuerda inevitablemente a uno de los conjuntos premamá de la duquesa de Sussex, que lució en Tonga durante su viaje oficial a finales de octubre. De esta manera, doña Letizia genera una nueva conexión con la mujer del príncipe Harry, puesto que a su llegada a Mozambique se decantaba por un vestido vaquero de cuerpo entallado y falda de vuelo muy similar a uno que posee ella.