A solo unos días -o incluso horas- de convertirse en padre por primera vez, el príncipe Harry ha acudido esta mañana al Servicio de Conmemoración y Acción de Gracias con motivo del Día Nacional de Australia y Nueva Zelanda. A pesar de que Meghan Markle se encuentra de baja debido a su inminente maternidad, el hijo de Carlos de Inglaterra ha contado con una acompañante de lujo para esta cita: Kate Middleton. El príncipe Guillermo se encuentra actualmente de viaje oficial, pero su mujer ha asistido al acto en representación suya, donde ha vuelto a hacer gala de su sofisticado estilo a través de un look de estética atemporal que sin embargo cuenta con varios detalles sorprendentes.
Mientras que el pasado domingo decidía recuperar un estilismo de hace 5 años, hoy la Duquesa ha preferido estrenar y ha recurrido a una silueta opuesta a la de aquel día, por lo que pasa de un diseño recto de corte lápiz a uno totalmente evasé. De nuevo, opta por su prenda estrella para los actos de día, el vestido-abrigo, y escoge uno nuevo de cuerpo entallado, cuello chimenea y falda de vuelo a la altura de las rodillas.
Con esta pieza, teñida en tono petróleo, confirma una vez más que el azul es, sin duda alguna, su color, y apuesta de nuevo por una de sus firmas preferidas, Catherine Walker, una diseñadora que también destacaba especialmente en el vestidor de Diana de Gales. La parte más sorprendente de este conjunto reside en los complementos, puesto que, en lugar de elegirlos a conjunto o en tonos neutros como es habitual en ella, en esta ocasión Kate prefiere jugar con los contrastes. De esta manera, agrega cartera de mano de ante y salones -ambos de la marca Emmy London- en color verde esmeralda.
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El único accesorio que sí casa con el vestido es el tocado, una original pieza tipo casquete adornada con plumas que corona su recogido bajo. En cuanto a las joyas, destacan los pendientes de Kiki McDonough con topacios azules valorados en más de 4.000 euros, que conjuga con un delicado colgante en forma de estrella.