El Convention Center de Los Ángeles, se convirtió ayer en el escenario que albergó el estreno mundial de cine más esperado de la temporada, Vengadores: Endgame. Una cita con la factoria Marvel en la que no podía faltar uno de sus protagonistas, Chris Hemsworth. Junto a él, su mujer, Elsa Pataky, y en un inesperado duelo de estilo sobre la alfombra roja, Miley Cyrus. La cantante y actriz no quiso perderse el último trabajo de su cuñado y acudió junto a su marido, Liam. Sin embargo, su elección de invitada dista mucho de la que acompañó a la actriz española. Dos formas de entender la moda de invitada, dos interpretaciones muy personales de cómo llevar las tendencias y los escotes más impactantes de temporada.
Elsa Pataky dirige su mirada a la moda de invitada de inspiración nupcial. Sin embargo, se aleja de elecciones clásicas al decantarse por un mono, prenda de tendencia que se ha convertido, incluso, en la opción de gala más innovadora para las royals cuando no quieren llevar vestido. En color blanco, su apuesta se define por un corte recto que, de forma estratégica, se acompaña de un pliegue y lazada en la cintura con la que se consigue un efecto moldeador de la figura.
De igual forma, muy favorecedor es el corte halter que acompaña a su pronunciado escote, que, además, deja al descubierto parte de la espalda. Para mayor realce de su look, la española potencia su estilismo con joyas de oro y diamantes.
Mucho más transgresora es la elección de Miley Cyrus. La cantante y actriz estadounidense prefiere definir su imagen con tendencias más atrevidas, como un vestido negro con original escote con cut out con guiño ochentero, de Saint Laurent. Por otro lado, coincide con la española al querer dejar parte de la espalda al descubierto.
El espíritu atrevido de Miley también queda reflejado en sus joyas. Se atreve con creaciones muy diferentes entre sí y evita el minimalismo, pues se atreve con el más es más y no duda en llevar muchos anillos, brazaletes y collares. Estos últimos llaman especialmente la atención por sus colgantes con diseños tan poco habituales sobre la alfombra roja como una botella de champán.