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Mientras los Reyes, sus hijas y doña Sofía asistían a la Misa de Pascua celebrada en la catedral de Palma de Mallorca, Victoria Federica de Marichalar se dejaba ver ayer en Sevilla. La corrida que tuvo lugar en la Maestranza con motivo del Domingo de Resurrección reunía a personalidades tan diversas como Isabel Preysler, Mario Vargas Llosa, Lourdes Montes o Francisco Rivera. Sin embargo, la sobrina del rey Felipe, gran aficionada a los espectáculos taurinos, volvió a acaparar todas las miradas a su llegada a la plaza, ya que escogió un acertado conjunto que evidencia la evolución estilística que lleva comentándose desde hace algunas semanas.
La hija de la infanta Elena se ha mantenido fiel a su esencia pero aportando una dosis extra de sofisticación, y ha logrado encontrar un punto intermedio perfecto entre su característico estilo bohemio y la elegancia propia de las royals. Victoria ha configurado un look fresco y juvenil al combinar unos pantalones de crochet multicolor con una blusa blanca secilla y una americana muy especial, un diseño clásico pero rematado en el bajo por llamativos flecos al más puro estilo flamenco. Ha completado con maxipendientes dorados en forma de hojas, una de sus piezas de joyería preferidas, y mocasines negros acharolados.
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Hace un mes, la crítica se rindió ante el sencillo pero acertado look de la joven para acudir a la gala de presentación de los carteles de la Feria de San Isidro en la Plaza de Toros de las Ventas de Madrid. Victoria Federica quiso tener un guiño a la moda española y acertó al decantarse por el estampado más folclórico, el de lunares, mediante un favorecedor mono de Mango. Lo acompañó de chaqueta en rosa empolvado y los mismos mocasines básicos y, como es habitual en ella, otorgó una gran importancia a los accesorios: cinturón ancho para enmarcar la silueta, bolso blanco con motas marrones y maxipendientes circulares.
En ambas ocasiones destacó no solo por su elección de vestuario, sino también debido a sus looks de belleza, mucho más sofisticados y estudiados al detalle. A finales de marzo recreaba uno de los peinados más icónicos y originales de la reina Letizia, la coleta 'burbuja', y lo acompañaba de un maquillaje algo más marcado de lo habitual, potenciando su mirada mediante sombras marrones y destacando sus labios con un brillo rosado. Ayer, sin embargo, prefirió dejar su larga melena suelta, pero, en lugar de lucir sus característicos rizos, prefirió alisarlos para conseguir un acabado muy brillante y pulido. Optó por un favorecedor maquillaje en tonos tierra, similar al de la anterior vez pero rematado por un labial que tiraba más a nude, una elección ideal para el día a día y, de nuevo, lució una impecable manicura en un tono rojo clásico.
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