La trayectoria de Michelle Obama como escritora no solo va viento en popa, sino que se ha consolidado. La ex primera dama se encuentra de gira por Europa esta semana haciendo promoción de su libro autobiográfico Mi historia. Ciudades como Londres o París recibirán su visita que, por lo pronto, ya le ha llevado por los países escandinavos. Esos actos en los que se reúne con sus fans de todo el mundo, no solo se puede conocer en vivo y en directo la mujer que se ha convertido en una fuente de inspiración por su personalidad sino apreciar su estilo impecable, algo que le ha encumbrado como una de las residentes de la Casa Blanca mejor vestidas. Si durante la legislación de su marido, los vestidos eran una de las elecciones más frecuentes de su día a día, ha sido comenzar su carrera literaria y pasarse al power dressing con trajes de chaqueta y pantalón con su sello personal: el brillo.
Lee también: El sofisticado ritual de belleza de Michelle Obama, al descubierto
Pese a no seguir en su cargo, recuperó una de las estrategias que siguen muchas primeras damas o mujeres de la realeza optando por fomentar la moda nacional y luciendo creaciones de firmas escandinavas. La última en añadirse a su armario fue la que llevo este miércoles, un traje en color verde pastel claro con abalorios brillantes bordados en las solapas de la americana y pecheras para darle un toque distintivo al conjunto. El dos piezas de Acne Studios, la marca sueca con base en Estocolmo realizado a mano, fue con el que la aplaudió su audiencia en el Ericsson Globe Arena, volviendo a impresionar a sus seguidores más fieles con unos stilettos slingback cubiertos de brillos de Jimmy Choo.
Ante la duda de si apostar por un estampado o una anchura diferente, Michelle lo tiene claro, mejor añadir un complemento que sume puntos de estilo como son los abalorios bordados, lentejuelas o purpurina. En ese sentido, tras dejar la residencia presidencial se ha vuelto más atrevida, ya que todavía recordamos que, hace unos meses, deslumbró con unas botas over-the-knee de acabado brillante.
Por lo visto, su estilismo del día anterior, el que llevó en Copenhague, habría sido una declaración de intenciones de lo que estaba por llegar con su maleta europea. Hecho a medida por Stine Goya, un diseñador danés, el traje empolvado del martes también convenció a sus seguidores. Un conjunto para la escritora para el que la firma trabajó codo con codo con la estilista Meredith Koop, quien ha vestido a la ex primera dama en sus últimos actos públicos. ¿El toque mágico? Los apliques de cristal, cosidos a mano en forma de fuegos artificiales que recorrían el traje y pantalón de pata de elefante, lo que le daba un aspecto mucho más relajado.
"Se trata de un traje que refleja tanto nuestro ADN como el estilo de Michelle", escribió la firma en su perfil de Instagram, un modelo inspirado en la colección cápsula que lanzaron el año pasado para Net-a-Porter (1.197 euros la americana y 851 euros el pantalón), que adaptaron para el gusto de la escritora confeccionándolo en un tono cálido. Además, cambiaron otros detalles como los bolsillos de la chaqueta o los botones a contraste en el puño de la americana.