Con motivo de la recepción al cuerpo diplomático en el Palacio Real de Ámsterdam, Máxima de Holanda protagonizó ayer un radical cambio de estilo en muy pocas horas. A su llegada a esta residencia de la familia real, la Reina apostó por un estilismo muy desenfadado de top de punto verde a juego con pantalón ancho de Jan Taminiau y, como calzado, unas alpargatas con cuña de esparto. Una imagen muy casual que se distanciaba completamente de su look de gala que mostraría después. Para la ocasión, la esposa del rey Guillermo recuperó la confianza en los vestidos de inspiración nupcial, una tendencia con la que siempre ha triunfado en los últimos 10 años. Sin embargo, en esta ocasión y junto con joyas de la Corona, su elección no es como las anteriores y le acompaña un guiño al vestidor más especial de doña Letizia y al de Charlene de Mónaco.
Con motivo de esta cena, Máxima de Holanda se 'viste de novia' con un diseño blanco con corte recto y que presentaba un favorecedor escote asimétrico y una sola manga abullonada que provocaba un efecto capa debido a su corte ancho (una impresión que también consiguió recientemente Amal Clooney en su cita con la realeza británica). Anecdóticamente, lo firma la diseñadora británica Stella McCartney, quien también vistió a la reina Letizia con uno de sus estrenos más aplaudidos y que nunca ha repetido. Un vestido rojo (este sí con capa) y con corte asimétrico en la parte superior que conecta los vestidores de ambas reinas a la hora de elegir diseños de gala inspirados en looks de alfombra roja con los que conseguir un triunfo absoluto. Sin embargo, es con Charlene de Mónaco con quien consigue sintonizar al completo su imagen, pues la princesa monegasca ya llevó esta misma creación durante los Laureus World Sports Awards en febrero de 2018.
En cuanto a Máxima, esta no es la primera vez que decide dirigir su mirada a looks de novia para sus citas de gala y que siempre combina de la misma forma: con chal a juego y sandalias metalizadas. En 2015 durante el concierto de Jubilee Gala en el Efteling Theatre de Kaatsheuvel, la Reina consiguió el aplauso de la crítica con un diseño palabra de honor con pliegue en el escote, de Donna Karan. Una elegante apuesta que realzaba con joyas de zafiros y diamantes.
Cuatro años antes, la prensa especializada en moda festejó la elección de Máxima para acudir a un banquete de Estado en el Bellevue Presdiential Palace de Berlín con motivo de su visita a Alemania. Para aquella cita, la Reina optó por una creación de su diseñador de cabecera, Jan Taminiau, que presentaba escote palabra de honor y falda fantasía con ribetes de cristales.
En cuanto a las joyas que Máxima ha elegido para su último look nupcial, destaca especialmente la pieza que lleva sobre su cabeza. Es una creación muy especial para la Reina, ya que figura como una de sus favoritas y la llevó en las fotos oficiales de su 40º cumpleaños. Data del siglo XVII y responde al nombre de la Tiara de la reina Ana. Confeccionada con diamantes, llama especialmente la atención sus siete perlas que coronan este diseño. Un detalle del que se puede prescindir para rebajar su intensidad.
Sin embargo, no es la única joya que deslumbra en su estilismo de anoche. A juego con su tiara, Máxima recupera unos pendientes de diamantes con forma floral y perla a modo de lágrima. Igualmente, también encuentra coordinación el broche que prende en su pecho y que es perfecto para culminar su última apuesta de gala.
¡HOLA! conoce a Guillermo y Máxima de Holanda, durante su visita a Villa La Angostura en 2014