Trimestre a trimestre: así ha cambiado el estilo de Meghan Markle durante su embarazo

De una estética sobria a una lluvia de colores y estampados, la transformación del armario de la duquesa de Sussex en estos últimos meses

por Mara Mariño

Si el gusto de Meghan Markle lleva levantando pasiones desde que se dio a conocer su compromiso con el príncipe Harry, su embarazo no ha hecho otra cosa más que aumentar su legión de fans. Las demostraciones de estilo premamá han convencido, revalidando su título de una de las royals mejor vestidas. Y es que, al igual que se ha encargado de llevar a su terreno las normas de protocolo, como ir sin medias o lucir bolsos a modo de bandolera, a lo largo de estos meses ha hecho lo propio con el bobret, la estética entre bohemia y bretona con la que se identifica. Vestidos de invitada sustituyendo los diseños específicos para la maternidad, adaptaciones de algunas prendas de su armario a su nueva silueta (como por ejemplo una falda midi a modo de little black dress)... Analizamos los cambios de su vestidor, que han ido de la mano con su nueva silueta, con un denominador común: un resultado siempre sofisticado y de tendencia.

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Si tuviéramos que definir la apuesta principal de la Duquesa durante los tres primeros meses de embarazo se podría calificar como "todo al negro". Antes de dar la noticia, jugó al despiste con su armario. Si bien es recomendable tomarse ese tiempo de espera antes de anunciarlo por las posibles complicaciones, trató de disimular cualquier cambio con el color más discreto de la paleta, una elección totalmente estudiada ya que estiliza y disimula las formas. Mientras los expertos especulaban que ese periodo optando por la tonalidad más oscura se debería a que quería centrar la atención en las causas que defendía, la noticia de su embarazo hizo que las dudas sobre la repentina sobriedad de la Meghan se disiparan.

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Fue a principios de septiembre cuando un vestido de Jason Wu dio la voz de alarma al revelar una forma que podría entenderse como una barriguita incipiente. Aunque se trataba de un efecto óptico del patrón, lo cierto es que, por la fecha, podría haber sido escogido para ocultar su figura y mantener el secreto un poco más. También durante esa época Meghan, acostumbrada a sorprender con la variedad de su vestidor, repetía las elecciones ceñidas con volante peplum, un corte que matiza el talle y que solo llevó en la primera recta de su embarazo.

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Durante el segundo trimestre, correspondiente a los últimos meses de 2018, un año que siempre recordarán los duques de Sussex con cariño por su enlace, en mayo, el armario de Meghan empezó a cambiar ligeramente para deleite de sus fans, que no dejan de ser sorprendidos por un estilo que combina la elegancia de la realeza británica con el glamour de Hollywood. Tras anunciar el embarazo al comenzar su gira por Australia, las elecciones estilísticas de Meghan Markle fueron analizadas no solo con detalle sino al milímetro. ¿Lo más sorprendente de esta etapa? Su ruptura con la norma no escrita del dress code premamá. Y es que evitó la ropa para futuras madres optando, en su lugar, por diseños de invitadas, como han hecho también otras celebridades como Eva González.

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Aunque la estrategia de estilo le funcionó por un tiempo, por fin la vimos recurriendo a la ropa diseñada para futuras mamás. Entre su cuarto y sexto mes de embarazo, además de los diseños que marcaban su recién desarrollada figura, fueron los guiños al estilo de Lady Di los looks que mejor califican esta segunda etapa. Precisamente, esos estilismos con mensaje inspirados en la madre del príncipe Harry emocionaron a los más nostálgicos, ya que no solo llevó prendas similares a las de su suegra, o combinaciones de colores que había llevado Diana de Gales, sino también joyas del propio tocador real que dejó en herencia a sus hijos.

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En la recta final de su embarazo es cuando hemos tenido la oportunidad de conocer a una Meghan Markle más osada, estilísticamente hablando. Desde firmas que anteriormente no había utilizado, como el caso de Victoria Beckham, hasta la recuperación de sus looks icónicos en clave premamá, como el estilismo masculino con falda sustituyendo al pantalón o su traje de dos piezas usando una camiseta en lugar de la camisa. Ha sido la fase en la que los estampados han aparecido con más fuerza que nunca, algo inesperado ya que, como amante de las prendas lisas, no había lucido con frecuencia hasta ahora, así como colores llamativos -por ejemplo el rojo- que tampoco eran habituales en su estilo.

Pero, ¿qué vendría a demostrar este cambio? Por un lado, podría significar que, ya que el cambio físico iba a darse, Meghan habría querido experimentar con otras prendas que no tenían cabida en su armario anterior pero que ahora le resultarían muy favorecedoras. Aunque tampoco sería descabellado pensar que, a punto de convertirse en madre, ha ganado una confianza extra en sí misma que su estilo ha reflejado hasta la recta final del embarazo.

Todos los detalles sobre la casa en la que crecerá el bebé de Meghan y el príncipe Harry