Después de dos décadas vinculado a uno de los eventos más importantes del Principado de Mónaco, Karl Lagerfeld ha sido este año el gran protagonista del Baile de la Rosa, en su edición 65. Un bonito homenaje, tras su reciente fallecimiento, el pasado 19 de febrero en París, que ha encabezado su íntima amiga, la princesa Carolina. Y es que, desde hace más de 40 años el diseñador y la hija de Rainiero de Mónaco compartían una bonita relación más allá de pasarelas y front-rows. Por eso, este fin de semana, la princesa de Hannover ha convertido la Sala de las Estrellas del Sporting Club de Montecarlo en el mejor escenario para despedirse del genio alemán. ¿Cómo? Coronando un elegante diseño de Chanel con una de las piezas más importantes del joyero de su madre, Grace Kelly.
Ya lo anunció hace unas semanas Beatrice Borromeo en su cuenta de Instagram, al desvelar el cartel de la 65 edición del Baile de la Rosa. Este año, uno de los eventos más importantes en el Principado de Mónaco tendría como temática la Riviera francesa; un hilo conductor que el propio Karl Lagerfeld decidió antes de morir junto a Carolina de Mónaco, como solían hacer desde que en 1999 el alemán fuera nombrado encargado de dar forma a esta cita monegasca que tiene como objetivo recaudar fondos en beneficio de la Fundación Princesa Grace. Si la pasada edición giró en torno a Manhattan, en 2019 los asistentes han podido sumergirse en la época dorada de la Costa Azul francesa, gracias a la decoración y la música, pero también gracias a los estilismos de sus invitados.
¿Entre las más elegantes? Una vez más, la princesa Carolina. A su llegada, la hija mayor de Rainiero de Mónaco deslumbró con un sofisticado vestido negro con escote bardot de la colección Alta Costura 2019 de Chanel, que destacaba por tener un llamativo volante lateral rosa. Sin embargo, un detalle muy especial de su estilismo ha llamado la atención de los allí presentes. Para esta ocasión, la princesa de Hannover ha aparecido con un conjunto de pendientes y gargantilla de perlas perteneciente a su madre. Se trata del mismo collar de perlas elegido por el príncipe Rainiero en la joyería Van Cleef & Arpels de Nueva York como regalo de bodas para su futura esposa, Grace Kelly. Según explican los expertos, unos meses antes de la ceremonia, en enero de 1956, el propio príncipe voló hasta la ciudad estadounidense para elegir personalmente el regalo; una pieza que completó con un anillo, un par de pendientes y un brazalete. Diseños extremadamente importantes para la familia que han sido expuestos en diferentes muestras, tras la muerte de la princesa, y que hasta ahora nadie más había llevado en público.
Pero no solo las invitadas han rendido homenaje a Karl Lagerfeld. Durante la velada, el maestro de ceremonias ha querido dedicar unos minutos a la memoria del creador, gracias a un bonito discurso que ha terminado con un gran aplauso por parte de los asistentes. "Como no evocar al creador y artista completo Karl Lagerfeld siempre fiel a esta cita monegasca, no hubo ni una edición del baile sin su presencia, apoyo y a veces dirección artística, o las ilustraciones que hacía de su propia mano para las invitaciones. El Príncipe soberano ha querido en esta edición rendirle homenaje. Karl Lagerfeld entró en el Baile de la Rosa, interviniendo por primera vez en 1999, con motivo del jubileo de príncipe Rainiero. Participó en las demás ediciones y en esta él también imaginó, junto a la princesa de Hannover, el tema Riviera que nos reúne hoy aquí. No te olvidaremos nunca. Gracias Karl", terminaba el presentador.