Antes de viajar a la ciudad argentina de Córdoba para asistir mañana al Congreso Internacional de la Lengua Española, los Reyes se despiden de Buenos Aires por todo lo alto, presidiendo una retribución a modo de agradecimiento al presidente Mauricio Macri y su esposa Juliana Awada. Tal y como ocurriera ayer por la noche en la cena de gala en honor de don Felipe y doña Letizia, ambas consortes se han vuelto a enfrentar en un poderoso duelo de estilo -el cuarto en apenas 48 horas-, esta vez protagonizado por dos estilismos de cóctel totalmente diferentes entre sí pero igualmente acertados.
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Doña Letizia ha impactado con un nuevo diseño teñido de su color estrella para las grandes ocasiones: el rojo, que curiosamente todavía no había lucido en ninguno de los 5 conjuntos que ha llevado en Argentina. Esta vez, vuelve a demostrar que escucha a las críticas y opta por un vestidazo que bien podría verse en cualquier gran alfombra roja de Hollywood. Se trata de una pieza de silueta columna, falda entallada y un original escote palabra de honor decorado con un volante arquitectónico que parte de debajo del pecho y recuerda al adorno del fabuloso Delpozo con el que se impuso en su duelo ante Brigitte Macron hace meses.
Es una creación del diseñador Roberto Torretta de quien viste por segunda vez una de sus creaciones tras aquel traje sastre rojo que ya figura como uno de su favoritos tras presentarlo en marzo de 2018 y recuperarlo en dos ocasiones posteriores. En Argentina, pais de origen de este creador afincado en España, estrena este vestido que pertenece a su colección de primavera-verano 2016, aunque se ha reeditado en exclusiva para la Reina. Sobre la pasarela, fue la modelo sueca Theres Alexandersson la encargada de mostrar el diseño original que se presentaba en color azul, en lugar de en la impactante tonalidad que elige doña Letizia.
Al igual que aquel modelo, el que estrena hoy cuenta con un largo midi ideal para la ocasión. Con el objetivo de cederle el protagonismo al original escote, la Reina recoge su melena en un moño bajo deshecho que también permite apreciar los pendientes colgantes. Completa el look con uno de los brazaletes gemelos de Cartier pertenecientes a las 'joyas de pasar', salones destalonados negros con detalles transparentes de Manolo Blahnik y su bolso de mano trenzado 'Knot' de Bottega Veneta, que comparte con gran parte de las royals europeas.
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Por su parte, la Primera Dama argentina se ha decantado por un look más festivo al enfundarse en un vestido brillante que evoca a la característica estética años 20 del Gran Gatsby, con cuello a la caja, cuerpo entallado y falda mini cuajada de flecos que bailan con cada uno de sus pasos. Para entallar su figura, la pieza añade un cinturón a tono. Como es habitual en ella, Juliana prescinde tanto de complementos como joyas -únicamente suma salones negros de Christian Louboutin con discreto clutch de Saint Laurent a juego-, y apuesta por el minimalismo en su estilismo de belleza, dejando su larga melena suelta peinada con ondas y apostando por un maquillaje muy natural.