Desde que se casaron en octubre de 2018 en una boda de ensueño, Eugenia de York y Jack Brooksbank no se habían dejado ver en ningún evento hasta este jueves. Una de las parejas más queridas de la Familia Real Británica volvió a la vida pública acudiendo al Royal National Orthopaedic Hospital, un centro que tiene un especial significado para la nieta de Isabel II ya que fue allií donde la operaron de escoliosis a los 12 años. Esta visita además fue doblemente emotiva para la princesa ya que, como declaró en Instagram con una fotografía de hace casi 90 años, era una manera de seguir los pasos de su bisabuela, quien hizo lo propio en 1931. Para este acto tan significativo, Eugenia de York eligió un vestido de tweed, tejido que llevó por última vez a la boda del príncipe Harry y Meghan Markle, con una inspiración muy francesa que le sirviera como punto de partida para un estilismo a la última.
Manga larga ceñida, escote en 'V' hasta la mitad del pecho, cinturón ceñido al talle y falda acampanada son los elementos de la misma fórmula que tan bien le funcionó a la princesa Eugenia en el pasado torneo de Ascot en 2017, donde fue una de las mejor vestidas gracias a su vestido midi de color rojo. Y es que, para el evento más elegante del año, es imprescindible que la cintura vaya tapada, que no haya escotes exagerados -el halter está prohibido- ni que los largos sobrepasen demasiado la rodilla. Respetando las características del diseño, y hasta el tipo de calzado -unos salones oscuros terminados en punta similares a los que llevó en aquella ocasión-, en su visita al hospital añadió otros complementos algo más informales pero de plena tendencia para reinventar el estilo Chanel.
El vestido es un diseño en tweed de Maje (a la venta en Nordstrom por 415 euros) en color crudo que se encuentra inspirado, según la web, en el patrón de los vestidos XS que se volvieron un éxito en 1970 gracias a Twiggy o al furor de la minifalda que se despertó en aquella década. Sin embargo, como gran embajadora del estilo inglés, elegante y con ese toque de tendencia, la nieta de la reina no llevó el minivestido en su versión más corta, propia de los setenta e igual que la modelo de la firma, sino que la alargó ligeramente aunque manteniéndola por encima de la rodilla.
Combinar con éxito un vestido liso es relativamente sencillo si, como la princesa de York, incorporamos accesorios en negro. Además de los salones, y siempre experta en darle un giro personal a sus estilismos con los complementos, Eugenia añadió un tocado-diadema y un bolso de mano, el modelo Nile Small Bracelet de Chloé con pulsera dorada y forma de media luna. Gracias a estos complementos, de plena tendencia, la Princesa actualizó un diseño bastante clásico que, por otro lado y gracias al dúo cromático blanco y negro, consigue su estilismo más Chanel hasta la fecha.