La capa 'degradé' de Máxima de Holanda o la enésima prueba de que es la reina más atrevida
La mujer de Guillermo Alejandro ha completado su último estilismo con un abrigo que reinterpreta la prenda preferida de las 'royals'
Guillermo Alejandro y Máxima de Holanda retomaban ayer su agenda oficial tras unas vacaciones invernales en los Alpes austriacos, y hoy han sorprendido con una visita exprés a Alemania. Concretamente han volado hasta Bremen para reforzar las relaciones comerciales entre los Países Bajos y esta ciudad, en la que cuentan con un intenso programa de actividades a lo largo del día. Para la ocasión, la reina de los holandeses ha escogido un estilismo bicolor firmado por uno de sus modistas de cabecera, en el que aporta su característica originalidad a una de las prendas preferidas de las royals europeas: la capa.
Máxima ha vuelto a demostrar que es la reina más atrevida del panorama actual al escoger un conjunto en el que conviven el azul marino y el mostaza. A su llegada a la ciudad alemana, ha lucido un abrigo tipo capa para protegerse del frío, una prenda a la que han sucumbido otras royals anteriormente, desde la reina Letizia hasta Meghan Markle. Sin embargo, ella aporta su sello personal al escoger un modelo de efecto degradado que entremezcla los dos tonos y que, además, cuenta con un discreto pero curioso juego de texturas que emula de manera elegante el efecto 'peluche'.
Tanto esta divertida pieza de estreno como la que lucía bajo ella, también nueva, están confeccionadas por Jan Taminiau, el diseñador holandés al que suele recurrir en las grandes ocasiones y que hoy escoge para un look de día. Cuando Máxima se ha quitado el abrigo, ha dejado ver el conjunto al completo, protagonizado por un vestido de rayas de línea 'A'. Se trata de un modelo de escote barco -el preferido de Meghan Markle- con manga larga abullonada ceñida en los puños y falda midi evasé decorado con rayas horizontales y franjas de distintos tamaños.
Como complementos, ha agregado stilettos de ante en tono mostaza a juego con un bolso de mano trenzado y guantes de piel. Tampoco renuncia a sus adorados tocados, en este caso uno azul marino colocado sobre la coronilla para rematar el moño bajo con volumen con el que recoge su melena rubia. En cuanto a las joyas, destacan los pendientes colgantes en tono ámbar rematados por una piedra de talla en forma de lágrima.
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