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La Reina comenzó la semana con un potente estreno que ampliaba su colección de vestidos con truco durante el acto oficial con motivo del Día Mundial de las Enfermedades Raras. Un vestido con falso efecto wrap que, además, era en color gris, un tono con el que últimamente se siente especialmente cómoda. Hoy, doña Letizia continúa con sus compromisos de agenda y preside en Cáceres el acto de proclamación del ganador del Premio Fundación Princesa de Girona 2019 en la categoría social. Un evento en el que apuesta por un traje sastre en el que sí es su color favorito desde hace años, el rojo; un tono que por primera vez como reina llevó en octubre de 2014.
Una tonalidad que sobre todo lleva en vestidos para ocasiones especiales, pero que también le acompaña en otras creaciones como este traje sastre. Compuesto por chaqueta ligeramente entallada y pantalón recto, pertenece a la colección de Roberto Torretta de otoño-invierno 2017-2018, la cual se pudo ver sobre la pasarela de Fashion Week Madrid en febrero de 2017. La primera vez que lo llevó fue durante el acto institucional solemne en conmemoración de las capitulaciones de Valladolid el 22 de marzo de 2018. Posteriormente, lo recuperó en un encuentro con Matilde de Bélgica durante la sesión inaugural de la XII Edición de las Jornadas Europeas del Desarrollo (EDD).
Repite la fórmula de llevar su traje sastre en rojo con complementos al tono. Como bolso, se decanta por una cartera de mano con chapa dorada en el cierre, modelo Maysa de Carolina Herrera. Un accesorio que ha recuperado en numerosas ocasiones y que llevó también en el estreno de este diseño de Torretta. En ese día, también le acompañaban los mismos pendientes, el diseño con forma de doble daga de Gold & Roses. Como calzado, vuelve a llevar sus salones de piel con puntera redondeada y tacón ancho.
La primera vez que doña Letizia vistió de rojo siendo reina fue el 15 de octubre de 2014 durante su viaje a Holanda. En aquella ocasión, en la que coindició con la reina Máxima, se decantó por un vestido lady con bordados en la falda que llevaba el sello de Felipe Varela. También confió en un calzado en la misma tonalidad para su estilismos, aunque se decantó por un clutch en tono nude a modo de contraste.
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