No se separa de su madre, una complicidad que ha vuelto a quedar patente esta semana en un evento muy especial para la familia Douglas-Zeta-Jones. Si hace unas semanas, veíamos a Catherine Zeta-Jones junto a su hija Carys en el front row de la Fashion Week de Nueva York, este semana la actriz y la joven de 15 años han vuelto a deslumbrar a los medios de su país, en una cita donde ambas han elegido unos vestidos similares, demostrando una vez más, su llamativo parecido físico y lo compenetradas que están, incluso para elegir un look de alfombra roja. Una divertida aparición combinada que recuerda a los protagonizados recientemente por otras celebrities de los 90 como Cindy Crawford y Reese Witherspoon, junto a sus hijas Kaia Gerber y Ava Phillippe. ¿Será esta nueva versión del twinning la mejor forma de rejuvenecer ante los fotógrafos?
Con motivo de la celebración de Día de San David, patrón de Gales, Catherine Zeta-Jones acudió este viernes a una gala organizada en Nueva York en el Royal Welsh College of Music & Drama; un evento en el que este año, la intérprete ha sido el centro de todos los focos. Y es que, pese a ser uno de los rostros más importantes de Hollywood, gracias a sus papeles en cintas como La máscara del zorro o Chicago; la actriz es originaria de Swansea, la segunda ciudad más importante de Gales. De ahí que haya sido homenajeada por parte de sus compatriotas británicos, en un acto que no han querido perderse sus padres Patricia Fair y David James Jones y los dos hijos que tiene con el también actor Michael Douglas: Dylan y Carys.
Para esta importante ocasión, Catherine Zeta-Jones volvió a recurrir a uno de sus colores fetiches, el burgundy, gracias a un vestido fluido de terciopelo de Marchesa con escote barco, apertura lateral, fruncido en la cintura y detalle floral en el pecho. Un elegante estilismo que completó con unas sandalias joya con doble tira y unos llamativos pendientes en forma de lágrima de brillantes y piedras púrpura que destacó al apostar por un moño. Un gran look, muy parecido al que llevó junto a ella, su hija Carys. Al igual que su madre, la joven también eligió un vestido de corte princesa, con escote barco, en tonos burdeos, aunque en su caso, el diseño contaba con flores burgundy sobre fondo crudo. ¿El detalle que marcaba la diferencia? Un lazo de terciopelo a la altura de la cintura, para marcar la silueta.
Pero el look twinning de Catherine y su hija de 15 años no se limitaba solo al vestido (color, escote y detalles florales). Asimismo, la actriz y su heredera han mostrado el mismo recogido messy, del que caían varios mechones para darle al vestido un toque más fresco y desenfadado. Una bonita aparición combinada que demuestra la intención de Carys de seguir los pasos de su madre a nivel estilístico.