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Semana con nuevo reto estilístico para Begoña Gómez. Este miércoles, con motivo de la cena de gala ofrecida en honor del viaje oficial del presidente de Perú por España, la primera dama volvía a prepararse para estar a la altura de las circunstancias. El evento, organizado en el Palacio Real de Madrid y con una etiqueta formal, requería vestido largo y pelo recogido para las mujeres. La recomendación fue seguida a rajatabla por las asistentes a la ceremonia comenzando por la reina Letizia que deslumbró rescatando aquel vestido lila que estrenó hace ocho años en la boda de los duques de Cambridge.
Apostando quizá por la excesiva simplicidad, la mujer de Pedro Sánchez cedió el protagonismo y el glamour a invitadas como Isabel Preysler, quien escogió un elegante vestido en tonos neutros con encaje y joyas de Rabat. En su caso, la apuesta de Begoña Gómez fue un vestido largo sin mangas de crepe de lana con rombos de tachuelas metálicas doradas de Teresa Helbig, en el que brillaban apliques dorados con dibujos geométricos a modo de mosaico creando un contraste a modo de falso estampado. Una tendencia por la que muestra especial interés doña Letizia y que ha sido protagonista de numerosos looks de fiesta de la Reina.
Como complemento, y siguiendo la inspiración de las mujeres influyentes, escogió unos discretos salones negros terminados en punta. En esta ocasión si dio protagonismo a las joyas: un anillo y pendientes de brillantes quedaban a la vista gracias a su beauty look, ya que llevó el pelo recogido en una coleta con volumen dejando algunos mechones sueltos y un maquillaje muy natural.
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