De seductora a clásica, el juego de opuestos de doña Letizia

La Reina busca el equilibrio y compensa sus looks más atrevidos con otros que siguen una elegancia atemporal

Por Paula Callejo

Después de asistir a dos actos oficiales en solitario esta semana -en los que, por cierto, nos dejó looks bastante sorprendentes-, hoy la reina Letizia se ha unido al rey Felipe para acudir al Teatro Real de Madrid con motivo de la reunión de su patronato. Si el lunes pasado apostaba por mostrar su faceta más moderna con un comentado look protagonizado por sus botas infinitas, hoy cambia radicalmente de estética y se decanta por un estilismo más clásico tanto en lo relativo a moda como en cuando a los complementos, por lo que consigue crear un efecto opuesto al de hace 3 días. No es la primera vez que la Reina juega con estos contrastes, ya que habitualmente busca encontrar el equilibrio perfecto entre seducción y sofisticación con su vestidor. Un ejemplo de ello fue el conjunto rojo aderezado con perlas que lució el pasado octubre después de impactar tan solo dos días antes con un entallado (y escotado) vestido negro de Carolina Herrera.

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Para lograr este aire atemporal, ha recuperado una creación de cuerpo entallado, escote en 'V', manga corta y fala midi evasé ajustado a la cintura mediante una fina cinta que reside en su armario desde hace un año. Está confeccionado en un ligero tejido en tono azul índigo y pertenece a la firma Bottega Veneta, una marca poco usual en el vestidor de la Reina. Precisamente la sosprendente elección de la casa italiana fue uno de los motivos por los que esta pieza acaparó numerosos titulares el día de su estreno en marzo de 2018. En cuanto al diseño en sí, lo más llamativo reside en el escote, puesto que cuenta con unos detalles de jaretas en relieve que parten del pecho hacia los hombros y la cintura, potenciando la silueta femenina. También agrega delicados bordados de mariposas a lo largo del cuerpo.

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Tal y como hiciera hace 11 meses, la esposa del rey Felipe ha roto con la prohibición no escrita de mezclar azul y negro al completar su look con sus salones de tacón alto de Prada y el inusual bolso tipo años 50 que lució el pasado diciembre. En lugar de apostar por uno de los clutches de su extensa colección como suele hacer habitualmente, ha preferido recuperar su modelo tipo Kelly de Hugo Boss para completar la estética working de este conjunto. En cuanto a las joyas, ha rescatado de su joyero los pendientes de oro blanco y diamantes en forma de mariposas de la firma Elena C que posee desde 2013 y que, tal y como explicó la diseñadora, 'representan la belleza que todos llevamos dentro, así como la capacidad de transformarnos y superar las peores situaciones'. En este caso, resultan una apuesta segura, ya que combinan a la perfección con su vestido, decorado también con estos vistosos insectos. 

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Con el look de hoy, se opone a su elección del pasado lunes, en la que combinaba un ceñido top negro de Hugo Boss con una nueva falda de ante en tono camel decorada con tachuelas y firmada por Uterqüe. Completó con su calzado más rompedor, las botas XL efecto legging de Magrit que generaron numerosos titulares tanto en nuestro país como a nivel internacional. 

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Esta estrategia de escoger estilismos contrarios en un periodo corto de tiempo no es extraña para la esposa del rey Felipe VI, puesto que suele buscar un equilibro entre sus elecciones de vestuario. Otro ejemplo de ello fue el conjunto rojo compuesto por blusa y falda de Hugo Boss en rojo teja que llegó tan solo dos días después del comentado vestido negro de Carolina Herrera que lució en la entrega del Premio de Periodismo 'Francisco Cerecedo'.