A pesar de que Máxima de Holanda conecta su vestidor con otras royals al seguir las tendencias de la temporada, es en los complementos donde consigue marcar diferencia al llevarlos como ninguna otra. Durante la inauguración de la exposición Basquiat: The artist and his New York scene en el Museo Schunk de Heerlen (Holanda), su look confirma este gusto por apoyarse en unos potentes joyas XXL y un sombrero no solo para realzar su estilismo en esta ocasión de estreno, sino también para crear una imagen con personalidad y única.
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Mientras que reinas como doña Letizia no confían en los sombreros para sus looks y otras casas reales destinan estos complementos a ocasiones puntuales y marcadas por el protocolo, véase las royals británicas; Máxima de Holanda ha hecho de este tipo de accesorios una pieza más y muy recurrida de sus estilismos, independientemente de la magnitud del acto en el que se encuentre. En este encuentro con el arte, estrena un diseño tipo borsalino, de Fabienne Delvigne. Como color, se decanta por un tono rojizo a juego con su nuevo vestido de Natan.
Por otro lado, además de por sus faldas con llamativos estampados que han protagonizado otros looks, Máxima de Holanda confió ayer en otro de sus trucos para mostrar una imagen innovadora y transgresora: las joyas XXL. De su fascinante colección de collares con los que siempre convence, recupera una pieza que simula escamas y que ya llevó hace ocho años en su viaje a Vietnam (2011). En esta ocasión, encuentra en unos grandes pendientes con formas esféricas la mejor fórmula de combinación.
Máxima completa su look con unos zapatos en tono nude que llevó el pasado verano en New York durante su visita a la ONU. Y para resguardarse del frío, confía en un abrigo de largo midi, en tono tostado y tipo batín, un diseño de plena tendencia.