El vestidor de Rania de Jordania siempre sirve de excusa para analizar sus looks, de los clásicos a los nuevos. Es una de las mujeres de la realeza con mayor presupuesto destinado a la ropa y su gusto refinado la situan entre las royals mejor vestidas; un título que revalida con cada una de sus apariciones públicas. El último ejemplo que confirma su posición en los primeros puestos tuvo lugar este domingo, jornada en la que visitó la Universidad de Jordania para inaugurar la Queen Rania Teacher Academy, un centro cuyo objetivo principal es mejorar la calidad de la educación de su país. El estilismo que escogió para conocer el centro que se encuentra dentro del campus universitario, que incluye además de decenas de clases, aulas magnas, de informática, laboratorios, un auditorio e incluso una biblioteca, resultaba ligeramente familiar. Y es que se decantó por un vestido camisero de solapa asimétrica, un tipo de cierre que convierte en protagonista la parte superior del cuerpo y que lució, con otro diseño, hace unas semanas.
Fue, por tanto, protagonista secundario del evento, en el que los reyes se sentaron en las propias aulas a escuchar las experiencias de algunos profesores, el vestido de la firma Gabriela Hearst. El original modelo bautizado como Josefina, está realizado en seda y satén y es de largo midi estampado (148 euros) formando espigas que son, en realidad, diminutas botas de equitación, calzado típico en Urugay, país del que procede la diseñadora. Otro detalle a destacar es el cuello de la prenda, que además de alto era drapeado, una original manera de lucir este tipo de escote saliéndose del popular cuello tortuga. Además de la solapa cruzada en diagonal, va ceñido al talle gracias a un cinturón en el mismo tejido.
Aunque la propuesta de la firma incluía accesorios más casuales como una gorra o unas botas de caña ancha, la Reina prefirió llevarlo al extremo contrario añadiéndole puntos de estilo con unos tacones y un bolso de asa corta que llevó colgado de la mano. Combinar accesorios del mismo color es una de las normas de estilo de las mujeres de la realeza, una fórmula que siguió Rania mezclando los salones en azul oscuro firmados por Dior, el modelo Essence de cuero (524 euros), con un bolso de Fendi de 2017, conocido como Mini Selleria Peekabo. Sin dejar un solo detalle al azar, aprovechó los eslabones plateados del lateral del accesorio para combinarlos con pendientes geométricos de Ralph Masri.
Resulta también llamativo que, en esta ocasión, un evento tan relacionado con su país como es inaugurar un centro de enseñanza con su nombre, Rania escogiera un modelo de una diseñadora urugaya, ya que es habitual que se acostumbra a presentarse a menudo en los actos llevando prendas de firmas de su país, una hábil maniobra que consigue proyectar internacionalmente la moda jordana.
Parece que Rania de Jordania ha encontrado en estos modelos una manera de seguir llevando prendas con esencia veraniega a lo largo del invierno. En octubre llevó un modelo similar, también de estilo camisero, que a pesar de parecer un vestido, se trataba de un conjunto de dos piezas blanco con rayas unido por un cinturón. El look de silueta lápiz, que escogió para acudir a la apertura de la tercera sesión del parlamento en Amman, era creación de Sara Battaglia. Ocasión que le ha servido para que este domingo repitiera su mezcla, ya que conjuntó el diseño con los mismos zapatos.