Desde Sant Llorenç de Cardassar, Lara Álvarez y Jesús Calleja eran los encargados de acompañar a los espectadores de Mediaset en las uvas este 2019. La cuenta atrás en la localidad mallorquina tenía un especial significado ya que fue azotada por fuertes riadas y escogerla como lugar para recibir el nuevo año, era una manera de mostrar apoyo por parte de la cadena. Días antes de las campanadas, en las redes del programa Que no salga de aquí, la presentadora ya había comentado que no iba a apostar por un estilismo muy arriesgado. ¿La decisión de la asturiana? Sentar precedentes siendo la primera mujer en dar las campanadas con un esmoquin y confirmando que 2018 ha sido el año del traje, un conjunto que ha empoderado a las mujeres.
A diferencia del vestido de Cristina Pedroche, su compañera de profesión, el look de Lara Álvarez no estaba tan envuelto en misterio, ya que la propia presentadora reveló cómo sería. "Me alegra poder deciros que Mayte Méndez de Vigo, que es la encargada del estilismo en esta ocasión de las campanadas, y Juan Avellaneda, diseñador español, van a ser los encargados de vestirme. Vamos a llevar un esmoquin, de traje de chaqueta y pantalón", comentaba a principios de mes. El conjunto de dos piezas es muy característica del concepto creativo del diseñador barcelonés.
Pese a que se sabía que el esmoquin era el modelo elegido por la presentadora, no fue hasta poco antes de las campanadas que se pudieron conocer todos los detalles, cuando reveló su estilismo quitándose la capa negra que llevaba a modo de abrigo. La chaqueta, en azul noche y con brillos irisados, contaba con las características solapas a pico en negro que conjuntaban con el pantalón ligeramente acampanado. El detalle que conectaba ambas prendas era la fina tira en el lateral de la pierna del mismo tejido que la blazer. "Hemos buscado un estilo sobrio, contemporáneo y sofisticado que es con el que Lara se siente cómoda", declaró el director creativo.
El conjunto de dos piezas se adaptaba a la figura de la presentadora, sin llegar a robar el protagonismo del acto con trasfondo solidario. "Debe ser un acto solemne y festivo donde toda la atención se centre en la localidad y no en un escote", declaraba el texto del diseñador. ¿Su inspiración para el especial diseño? Las estrellas, un concepto creativo que desarrolló en su cuenta personal de Instagram. "De niño creía que las estrellas eran esos seres queridos que nos han abandonado y que por la noche nos cuidan. Con esta idea quería hacer un homenaje a las víctimas de las inundaciones de Sant Llorenç des Cardassar (Mallorca) del pasado mes de octubre pero también siempre he creído que cuando sueñas con un cielo estrellado es un sueño lleno de positivismo. Para mí soñar con un cielo estrellado es el reflejo de que tu interior está repleto de ilusión y de proyectos nuevos y presagia momentos felicidad. Así es como veo el momento en que Lara nos acompañó a todos al 2019", escribió Juan Avellaneda.
Aunque es conocida por presentar Supervivientes y Gran Hermano VIP, ya tenía práctica de la experiencia de dar las campanadas. En 2016 fue maestra de ceremonias con Carlos Sobera cuando lució un traje rojo de falso escote palabra de honor que llevaba los hombros realzados gracias a apliques de pedrería que se ceñía a la figura de la presentadora. Su estilo, elegante pero muy a la moda, se encuentra lejos de artificios o diseños arriesgados. "Transparencias no, ni de broma, no soy muy amiga de las transparencias, ser sexy o no depende más de una actitud que de una prenda de ropa", declaraba la asturiana convencida semanas antes de la noche del 31. Además del esmoquin, Lara Álvarez lució su recientemente estrenada melena oscura en una coleta alta y pulida, un cambio de look que reveló hace unos días. Si estábamos acostumbradas a su pelo castaño claro degradada hacia las puntas e iluminado con mechas rubias, su nuevo peinado realzaba sus facciones.
Lorenzo Caprile, uno de los modistas de cabecera del país, firmo el llamativo diseño de Anne Igartiburu. Quien es ya una de las veteranas de las campanadas de TVE lució el color que ha escogido en otras ocasiones al tratarse de una tonalidad que le sienta de manera especialmente favorecedora, el rojo. Acompañada de Roberto Leal recibió el 2019 desde el famoso balcón con vistas al reloj de la Puerta del Sol en un vestido asimétrico cuyo rasgo más característico eran los drapeados. Además del ceñido a la cintura gracias a los pliegues, destacaba la original manga abullonada que bajaba desde el hombro hasta el codo que se ceñía después hasta la muñeca.
El vestido de bailarina que eligió Ruth Lorenzo, un diseño de pedrería de Marco y María, o el look monocolor de inspiración rock de Cristina Pardo, firmado por Roberto Diz, fueron otros de los estilismos que vimos en las televisiones españolas, pero el premio al estilismo más esperado volvió a llevárselo, un año más, Cristina Pedroche. La presentadora no falló a su cita de Antena 3 con los espectadores y con la moda, ya que su diseño, como ella misma había anunciado, fue totalmente diferente a todos los anteriores. Ideado por Marta Rota, de Tot-Hom, el diseño con falda de tul rosa y flores bordadas se trata de un homenaje a la naturaleza formado por un top y un coulotte. Los 250 apliques florales están realizados en organza natural y cosidos a mano. Para confeccionar la impresionante cola semitransparente, la firma catalana utilizó 50 metros de tejido.
Otros detalles que la madrileña quiso destacar antes de descubrir por completo su look fueron las sandalias que contenían fragmentos de envases de vidrio reciclado así como la flor que cerraba la capa. Unos detalles que simbolizan el compromiso personal de Cristina con el reciclaje de vidrio, el medioambiente y la lucha contra el cambio climático. El estilista Josie, gran amigo de la maestra de ceremonias en la Nochevieja de la cadena, reveló en su cuenta personal de Instagram que el vestido, si cabe, tenía todavía más trasfondo al tratarse de una inspiración de una de las creaciones de Yves Saint Laurent que se remonta a 1967.