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Cuenta atrás para la última noche del año. Hablar de Nochevieja es sinónimo, desde hace ya unos años, de hacerlo de Cristina Pedroche, y es que la madrileña ha logrado establecerse como uno de los rostros más buscados en las campanadas desde que las presentara por primera vez en 2014. Tal y como ha declarado en numerosas ocasiones durante los últimos días, a pesar de tener experiencia en esta cita tan especial, sigue poniéndose muy nerviosa, y está deseando que la gente vea el diseño que ha escogido para despedir 2018. De momento, a falta de poco más de una semana para que llegue el gran día, Cristina continúa con su imparable agenda y su trabajo como colaboradora del programa Zapeando, donde va dejando pistas sobre su esperado vestido mientras, de paso, apuesta por conjuntos de lo más llamativos.
El pasado martes aparecía en plató con un minivestido rojo de escote en 'V' y falda voluminosa compuesta por numerosas capas de tul con el que reconocía 'llevar el espíritu de la Navidad por dentro y por fuera', y ayer pareció cambiar por unos instantes ese ánimo festivo por uno más atrevido y romántico a la vez. La presentadora vallecana sorprendía con un vestido camisero de Capriche que rompía con la imagen que tenemos de este tipo de modelos, ya que contaba con escote asimétrico, detalles cut out y un curioso juego de tonos bicolor. Lejos de combinarlo con accesorios discretos, quiso multiplicar el efecto impactante y añadió botas rojas por encima de la rodilla de efecto charol de la firma Pinko.
A pesar de lo llamativo del calzado, lo más comentado en redes sociales han sido los pendientes de Cristina puesto que, además de ser totalmente originales, contaban con una significativa declaración de amor hacia su marido, David Muñoz. Estas piezas, hechas en exclusiva para ella, pertenecen a Chuic, una marca asequible caracterizada por su trabajo con impresoras 3D. En su caso, la madrileña ha querido rendir homenaje al trabajo del ganador de tres estrellas Michelín con ellos, puesto que ha pedido que le hicieran un par con las letras 'XO' en rojo, símbolo de los restaurantes Diverxo y Streetxo en los que la propia presentadora participa como accionista.
No es la primera vez que la madrileña, que ha reconocido en varias ocasiones que adora jugar con la moda, recurre a sus looks para tener un gesto de cariño con su pareja. El pasado febrero, por ejemplo, estrenaba unas curiosas bailarinas diseñadas por Kary Perry en alusión al código de besos y abrazos que en inglés se resume como 'XO', pero que a Cristina le sirvieron también para homenajear al reputado cocinero.
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