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A una semana de celebrar su primera Navidad como duquesa de Sussex, Meghan Markle ha continuado con sus compromisos oficiales que le han llevado a visitar la residencia de ancianos Brinsworth House en Twickenham, Londres. Allí, una vez más, ha vuelto a triunfar con su estilismo que confirma que se resiste a comprar ropa premamá, pues encuentra cómo renovar su imagen como embarazada con adquisiciones que no figuran en colecciones específicamente confeccionadas para futuras mamás. Una decisión que también pudimos ver, por ejemplo, en Eva González durante los meses previos al nacimiento de su primer hijo.
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En esta ocasión, la novedad que incorpora Meghan Markle a su silueta premamá es un vestido entallado con estampado floral que seduce los gustos de aquellas invitadas a las que les gusta apostar por una imagen lady muy femenina. Se trata de una creación de la firma Brock Collection (colección Resort 2019), con la que la duquesa de Sussex deja ver a la perfección su avanzado estado de gestación. Hecho en Italia, este diseño, modelo Odilia, está confeccionado en tafetán con estampado floral de aire romántico, escote cuadrado y manga corta drapeada (813 euros).
Acompaña este vestido entallado de un abrigo gris de corte batín, uno de sus estilos favoritos. Se trata del modelo Adelaida de la firma Soia & Kyo (483 euros). En color maquillaje oscuro, lleva también una cartera de mano tipo sobre en seda, modelo Charlie de Wilbur and Gussie (228 euros); y salones coordinados con lazada en el talón, modelo Deneuve de Aquazzura. Como joyas, recupera unos pendientes que figuran como favoritos en su joyero y que pertenecen a una de sus firmas de cabecera. Se trata del modelo Pétale de Birks, que recrea la forma de un pétalo floral en oro de 18 quilates y diamantes.