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Anoche todas las miradas de los amantes de la moda se posaron en Londres, que se convirtió por unas horas en capital mundial de la industria gracias a la ceremonia de entrega de los British Fashion Awards, unos prestigiosos galardones que premian a las figuras más destacadas del año. Esta cita supone, de por sí, una de las grandes alfombras rojas de la temporada por la que modelos, diseñadores, cantantes, actrices e influencers pasean con sus estilismos más impactantes. Sin embargo, contra todo pronóstico, el look más destacado del evento no estaba en el photocall, sino que lo lució Meghan Markle, que reapareció por sorpresa presumiendo de barriguita y dejó ver el cambio que había sufrido su figura en apenas unas semanas a la vez que impactaba debido a la polémica elección de su manicura.
La duquesa de Sussex se subía al escenario sin que nadie lo esperara para entregar uno de los premios a su amiga Clare Waight Keller, directora creativa de Givenchy, que se convertía en la Diseñadora de Ropa Femenina Británica del Año . Sin duda, uno de los grandes hitos de la creadora fue confeccionar el ya histórico vestido de novia con el que Meghan Markle le dió el 'sí,quiero' al príncipe Harry el pasado mayo, así que el hecho de que la Duquesa en persona fuera la encargada de presentarla anoche fue algo muy especial para ella. Curiosamente, el último miembro de la Familia Real en acudir a esta ceremonia fue la que hubiera sido su suegra, la princesa Diana, que asistió a su inauguración en 1989.
De esta manera, Meghan reaparecía después de haberse mantenido en un segundo plano durante unas semanas en las que, por lo que pudimos comprobar anoche, sus curvas premamá han evolucionado notablemente. La Duquesa, que se encuentra ya en su segundo semestre de embarazo, fue fiel a sí misma y volvió a enfundarse en un ceñido diseño largo con el que presumía de barriguita. Haciendo honor a una de las grandes homenajeadas, se decantó por un vestido de Givenchy confeccionado en terciopeo negro con silueta columna, escote asimétrico y una abertura en la falda que le permitió presumir de piernas una vez más.
Para terminar de aportar la estética de sofisticación digna de alfombra roja, completó el conjunto con unas sandalias doradas de tiras de la marca Tamara Mellon, del mismo tono que las joyas. Meghan lució unos discretos pendientes de Pippa Small, misma casa que firmaba los dos brazaletes rígidos que llevaba en la mano derecha. En cuanto al look de belleza, optó por un recogido muy pulido que despejaba su rostro, maquillado con la naturalidad que tanto le caracteriza.
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