Apenas un mes después de deslumbrar en la cena de estado organizada en el Palacio de Buckingham en su honor, los reyes de los Países Bajos han invertido los papeles y han ejercido de perfectos anfitriones en su propia residencia. Guillermo de Holanda y su esposa Máxima recibieron anoche a la presidenta de Singapur, Halimah Yacob, y su marido Mohammed Abdullah Alhabshee en una noche de gala en la que, de nuevo, sacaron sus estilismos más elegantes, tal y como requiere el protocolo. En esta cita tan especial, Máxima de Holanda impactó gracias a un acertado vestido largo que seguía una de las nuevas tendencias favoritas de las royals europeas, al que agregó llamativas joyas del siglo XIX.
La soberana de los holandeses fue fiel a su esencia al escoger un diseño en un intenso color buganvilla, pero gracias a él también demostró que está al tanto de las últimas novedades en moda. Este vestido largo de escote asimétrico contaba solo con una manga, que se alargaba hasta el punto de convertirse prácticamente en una discreta pero teatral capa. De esta manera, Máxima adaptaba a su estilo propio la tendencia que en las últimas semanas han llevado otras reinas, princesas o duquesas, como Meghan Markle con su ya icónico look azul que enmarcaba sus primeras curvas premamá o Carolina de Mónaco, que emulaba a la reina Letizia gracias al modelo rojo de Stella McCartney que escogió para celebrar el Día Nacional de Mónaco.
La creación que ha lucido la esposa del rey Guillermo resulta especialmente favorecedora en gran parte gracias al cinturón ancho a tono que incluye, que entalla su figura y afina la silueta. Se trata de una exclusiva pieza de Alta Costura ideada por el danés Claes Iversen, que se presentó en pasarela junto a las demás propuestas de la firma para primavera-verano 2018.
Para completar el impecable estilismo, ha agreado su tiara 'Pavo Real', una valiosa pieza que perteneció a la reina Guillermina -data de 1897- y que estuvo 30 años guardada en el joyero de la casa real hasta que Máxima decidió recuperarla en 2009. Desde entonces, han sido contadas las ocasiones en las que ha llevado esta joya, y siempre que la ha escogido ha sido para coronar estilismos en tonos fucsias o rojos, buscando potenciar e limpacto de los históricos rubíes que acompañan a los diamantes y conforman un remate frontal que emula la forma de las colas de los machos de pavo real. Para completar el look, ha agregado también los pendientes a juego que datan de la misma época, al igual que el llamativo broche que ha lucido sobre su pecho y el brazalete de su mano derecha.