Tras una primera jornada repleta de compromisos en su viaje exprés a Perú, hoy era el Rey en solitario quien iniciaba la agenda del día inaugurando el Foro Económico Empresarial. Más tarde, Doña Letizia se ha unido a la ruta en la presentación del programa Fundades para la integración de jóvenes con escasos recursos o afectados por discapacidad motora, a la que seguirá la presentación de la edición 2019 de la feria de arte contemporáneo ARCO en el Centro Cultural de España. A diferencia de ayer, cuando la Reina optaba por la femenina silueta corola con un vestido clásico de Carolina Herrera, para esta sesión de presentaciones ha preferido vestir al estilo working con una de las tendencias más buscadas de los últimos meses: un traje de cuadros. Lo ha combinado con un top lencero, reinventando así uno de sus looks más comentados de la pasada primavera, aunque en una versión más sofisticada gracias a los stilettos rojos que lo han completado.
La maleta de Doña Letizia en Lima está llena de nuevas prendas para todas las situaciones, porque si ayer estrenaba vestido, hoy hace lo mismo con un dos piezas a cuadros. Con su conjunto de americana y pantalón de tejido estampado en diferentes grises, la Reina se suma a una tendencia que, tras algunos meses en las tiendas, parece haber calado finalmente en armarios muy diferentes, incluido el de Su Majestad. Tal y como revela la abotonadura de su chaqueta, esta está diseñada para vestir cruzada, pero Doña Letizia hace una adaptación personal y la luce desabrochada.
Este gesto de la Reina ha permitido ver el top lencero que completaba el estilismo, un diseño crudo con escote en 'V' ribeteado con encaje similar al que lució en Haití en mayo. También entonces combinó esta prenda (que era de Zara) con un traje de chaqueta y pantalón, aunque este era más fresco, acorde con la estación. Pero la gran diferencia entre ambos looks no son los tonos o los tejidos de la ropa, sino los accesorios de uno y otro estilismo. Mientras en Haití Doña Letizia añadió unos mocasines planos, ahora prefiere el resultado sofisticado que solo consiguen unos tacones. Sumando unos zapatos en dos tonos de rojo combinados con su bolso de mano (todo de Magrit), la Reina demuestra el poder de unos stilettos, así como la versatilidad del eterno dúo entre el estilo masculino y el femenino de un traje con un top.