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La semana pasada se conocía la noticia de que los Reyes iniciarían hoy una visita de estado a Perú algo rápida, ya que tan solo van a estar dos días en este país que ya visitaron en 2010 cuando aún recibían el trato de Príncipes. El primer acto al que han acudido doña Letizia y Felipe VI como parte de su apretada agenda ha sido una ofrenda floral en el Panteón Nacional de los Próceres, tras lo que se desplazarán al Palacio de Gobierno, donde serán recibidos por el presidente de la República del Perú, Martín Alberto Vizcarra, y la primera dama, Maribel Carmen Díaz. En este día repleto de compromisos, la Reina ha hecho gala de su elegante estilo y ha estrenado un diseño que sigue dos de sus fórmulas de estilo preferidas con el que potencia su figura, enmarcandola en la parte superior y agregando volumen en la inferior.
Doña Letizia ha escogido un vestido de cuello caja y manga francesa ceñido a la cintura y con discretos drapeados de los que parte una voluminosa falda midi confeccionado en tela negra de seda 100% decorada con rayas blancas. Este diseño está firmado por Carolina Herrera, una de sus casas de cabecera, y se encuentra a la venta en plataformas multimarca como Farfetch, en la que aún pueden adquirirse todas las tallas por 4.653 euros. La Reina le ha agregado bolso de mano blanco de Furla y salones negros con remate de vinilio de Magrit, terminando de componer un perfecto look protagonizado por el siempre infalible binomino black&white.
En cuanto al peinado, ha recogido su melena en un pulido recogido bajo que contrasta con sus últimas elecciones, más desenfadadas y con algún mechón suelto. De esta manera, ha cedido protagonismo a sus pendientes colgantes rematados con perlas. Con este estilismo tan sofisticado, la esposa de Felipe VI reafirma la evolución estilística que está viviendo su vestidor y vuelve a recurrir a uno de sus estampados preferidos -con permiso de los lunares- y demuestra su maestría al jugar con él. Si en otras ocasiones ha buscado estilizar su figura mediante diseños ceñidos con rayas verticales, esta vez potencia el efecto evasé de la falda gracias a este patrón, que también aporta una estética más sofisticada debido a lo finas que son las líneas y a la distancia que hay entre ellas.
También recupera la silueta corola, una de sus preferidas que, sin embargo, llevaba un tiempo sin utilizar. Al combinar esta línea propia de los años 50 y el estampado marinero por excelencia, la Reina demuestra que, a pesar de que su estilo está en constante transformación, hay ciertos trucos básicos de los que no va a prescindir.
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