Meghan Markle vuelve a vestirse de novia en su momento más dulce

La duquesa de Sussex ha acudido a una cena oficial en Tonga vistiendo un diseño nupcial cinco meses después de su enlace con el príncipe Harry

por Paula Callejo

La agitada agenda oficial de los duques de Sussex en su viaje por Oceanía está siendo la mejor pasarela para que Meghan Markle exponga las claves de su estilo premamá. A pesar de haber anunciado la noticia de su embarazo hace apenas diez días, la Duquesa ya nos ha brindado varios looks para el recuerdo en los que ha presumido de barriguita, como su primer vestido de gala o su conjunto más bohemio. Sin embargo, en la cena ofrecida por el rey de Tonga en su honor, ha vuelto a superarse a sí misma con un look nupcial que nos ha hecho volver a recordar su enlace de cuento de hadas con el príncipe Harry.

Meghan ha escogido un impecable diseño blanco que sigue la estética sofisticada y minimalista de los dos vestidos que lució en su gran día, y que bien podría haber llevado aquel 19 de mayo. Este modelo, de cuello caja, manga arquitectónica y silueta lápiz, se ciñe a la cintura y enmarca las nuevas curvas de la duquesa de Sussex, que ya presume de incipiente tripita. Está decorado con unas finas aplicaciones de pedrería sobre los hombros, mantiene las líneas rectas tan características de su estilo y pertenece a la firma Theia Couture, un atelier nupcial y de vestidos de invitada con base en Nueva York cuyas prendas han lucido anteriormente celebrities como Taylor Swift o Khloe Kardashian.

-Leer también: Todos los looks premamá de Meghan Markle en su visita oficial a Oceanía.

La Duquesa, que suele buscar transmitir mensajes a través de sus elecciones estilísticas, ha apostado esta vez por una casa que refleja a la perfección sus valores, igual que hizo precisamente el día de su boda . Tal y como puede leerse en su web, su objetivo es "sacar a la diosa que todas las mujeres llevan dentro", por lo que sus diseños buscan potenciar la confianza y la belleza de cada una de ellas. Para alejarse de la estética nupcial, ha creado contraste con los complementos, un clutch rígido de Givenchy negro con detalles dorados y salones a juego.

 

En cuanto a las joyas, ha vuelto a lucir los pendientes con forma de copo de nieve inspirados en el invierno canadiense confeccionados en oro blanco de 18k y diamantes de la firma Birks (10.200 euros) y la fina pulsera de diamantes, regalo de su suegro, el príncipe Carlos de Inglaterra. También ha agregado el significativo anillo aguamarina perteneciente a Diana de Gales que también llevó en su boda.

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