La visita del príncipe Harry y Meghan Markle a Oceanía está dejando imágenes (y looks) para el recuerdo. Los duques de Sussex, que están viviendo uno de sus momentos más dulces debido a su futuro estreno en la paternidad, están inmersos del 16 al 31 de octubre en un tour que les llevará por las principales ciudades de Australia, Nueva Zelanda y Fiji. Esta agenda tan ajetreada y versátil nos está permitiendo ver a los Duques en facetas de lo más diversas, desde eventos más elegantes como recepciones por parte de las autoridades locales hasta otros totalmente rurales como la visita a una granja. Ayer les tocó el turno de visitar una de las famosas playas de Sídney, por lo que ambos escogieron estilismos más desenfadados acordes con la situación.
Una vez más, Meghan acaparó todas las miradas y volvió a dar pistas con su conjunto de cómo va a ser su estilo premamá, que ya está dando mucho que hablar. Esta vez apostó por un vestido que combinó con un calzado hecho en nuestro país. La Duquesa llegó a Bondi Beach de la mano de su marido ataviada con una prenda larga en tono verde caqui valorado en 1.222 euros decorado con rayas verticales blancas y marrones ceñido en el pecho y con vuelo en la falda de Martin Grant, la casa francesa que firma la gabardina que se ha convertido en su imprescindible para entretiempo. Esta vez prescindió de ella y dejó que su vestido adquiriera todo el protagonismo.
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Además de las joyas de oro minimalistas -entre las que se encontraba un colgante en forma de lágrima de Adina Reyter -y el curioso collar típico de flores que los locales regalaron a Meghan, su único complemento ha sido el calzado, que ha generado numerosos titulares debido de nuevo a la espontaneidad de la esposa del príncipe Harry. Se trataba de un par de alpargatas clásicas de lona negra y cuña de esparto firmadas por la tradicional casa española Castañer valoradas en 90 euros aproximadamente. De esta manera, sigue la estela de otras celebrities internacionales como Anne Hathaway, Rosie Huntington o la hermana de su cuñada, Pippa Middleton, que precisamente lució unas muy similares el año pasado durante su luna de miel.
Sin embargo, la Duquesa ha decidido quitarselas al entrar en la playa para transportarlas en la mano durante su informal reunión con los miembros de la fundación OneWave. Con este gesto a priori tan natural ha roto una de las normas impuestas por el protocolo ya que teóricamente los miembros de la Familia Real británica no pueden descalzarse en público. La princesa Diana y la duquesa de Cambridge también realizaron la visita a esta playa anteriormente, y ellas mantuvieron sus zapatos puestos en todo momento. Sin embargo, Meghan demuestra de nuevo su naturalidad y prefiere abogar por la comodidad de pisar la arena descalza.