Rápidamente, doña Letizia ha cambiado su look tras asitir a un homenaje al director de cine Martin Scorsese. Se despeja así la duda de su este primer estilismo del día, en el que estrenaba un top de Zara, iba a ser reciclado para acudir al concierto la noche previa al día de entrega de los Premios Princesa de Asturias. Sin embargo, ha vuelto recuperado la confianza en el color negro para su imagen, una tonalidad que ha dominado sus elecciones tras su coronación como Reina de España, a excepción del pasado año que se decantó por un tono azul. Todas estas creaciones llevaban el sello de Felipe Varela, el mismo en el que confió para su debut en este evento en 2004 y con el que ha protagonizado estilismos inolvidables. Sin embargo, se desmarca en 2018 de esta decisión y no viste del diseñador madrileño, sino que lo hace de Emporio Armani.
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La Reina se ha decantado por un vestido entallado con volante lateral, un detalle innovador en sus looks de concierto en Oviedo. Además, recupera la manga larga, como ya hizo con su vestido-esmoquin de 2013. La sobriedad de este diseño se rompe al caminar, ya que la falda presenta una pronunciada abertura que deja ver sus tonificadas piernas.
Creando un total look, doña Letizia prefiere no crear contrastes con sus complementos. Como calzado, unos salones de tacón destalonados de CH Carolina Herrera (270 euros) y, en sus manos, una cartera de raso al tono, de Magrit. Culmina su estilismo, con los pendientes de diamantes de las joyas de pasar; y dos anchos brazaletes que también pertenecen a este conjunto de piezas reales. Se trata de dos creaciones con diez centímetros de diamantes purísimos de Cartier que se conocen como pulseras gemelas. En esta ocasión, dispone ambos diseños en una misma muñeca consiguiendo un efecto más llamativo y deslumbrante.