Si hay una celebrity que sabe transmitir mensajes a través de su ropa, esa es, sin duda, Blake Lively. La que fuera Serena Van der Woodsen en la aclamada Gossip Girl tomó buena nota de los consejos de estilo de su personaje, y se podría decir que ha llegado incluso a superarla en ese aspecto. El vestidor de Blake es uno de los más envidiados de Hollywood, y su estilo, uno de los más alabados, pero además, la actriz californiana ha aprendido a utilizar sus elecciones de moda para comunicar. Después de presumir de amor por su familia en la gala del MET y apoyar la saga Deadpool protagonizada por su marido a través de una curiosa manicura y un significativo bolso, Blake ha decidido volver a recurrir a sus conjuntos para promocionar su última película, Un pequeño favor.
En la película interpreta a una misteriosa mujer que desaparece sin dejar rastro y que, curiosamente, siempre viste con trajes de chaqueta. Blake ha querido rendirle homenaje a su alter ego, Emily Nelson, motivo por el cual sus looks desde agosto están protagonizados únicamente por este tipo de conjuntos. Durante estas últimas semanas ha acudido a decenas de actos promocionales, desfiles e incluso a alguna alfombra roja, y en ningún momento había renunciado a estos looks de inspiración masculina hasta ahora. Hace apenas unas horas la intérprete sorprendía al apostar, por primera vez en mucho tiempo, por un estilismo protagonizado por una falda que ha acaparado todas las miradas. Se trata de un diseño midi, en línea 'A' con estampados florales firmada por Christian Dior a la que ha sumado una camisa con print geométrico en tonos grisáceos, pañuelo dorado al cuello, botas acordonadas burdeos de Valentino y el bolso modelo Saddle de la casa francesa en su versión verde agua.
Sin embargo, cuando parecía que el idilio entre la esposa de Ryan Reynolds y los trajes masculinos que tantos comentarios han suscitado en redes sociales había llegado a su fin, Blake volvió a sorprender y cambió de look en cuestión de minutos, sustituyendo la comentada falda por unos pantalones con chaqueta a juego. En esta ocasión, se decantó por la opción más otoñal mediante un dos piezas de terciopelo verde oliva de la firma estadounidense Rag & Bone, y mantuvo tanto la camisa como los demás accesorios en su transformación express.
Por lo tanto, parece que la californiana comienza a tomarse ciertas licencias pero todavía se niega a abandonar el look que caracteriza a su último e intrigante personaje. Eso sí, ella ha ido aportando su sello personal a sus más de veinte estilismos de traje, integrando en ellos las últimas tendencias de la temporada, desde los colores neón que ya han conquistado a las hermanas Kardashian y a Chiara Ferragni hasta la a priori difícil tonalidad naranja, que se establece como una de las ganadoras de los próximos meses, pasando por todo tipo de patrones como cuadros, rayas o flores.