Anoche Cayetana Rivera por fin celebró su puesta de largo casi un año después de alcanzar la mayoría de edad. La gran fiesta, a la que acudieron sus familiares y amigos más cercanos, tuvo lugar en La Pizana, una finca familiar situada en Sevilla que pertenecía a su abuela, la Duquesa de Alba, y que ahora ha heredado su madre, Eugenia Martínez de Irujo. Sobre las 21:00 horas comenzaban a llegar los invitados ataviados con sus looks más especiales, como Francisco Rivera junto a su mujer Lourdes Montes, quien presumió de embarazo mediante un vestido de seda rosa pálido de cuello alto que enmarcaba sus nuevas curvas premamá. Tampoco quisieron perderse el evento Felipe de Marichalar, que mantiene una estrecha relación con la homenajeada, ni su hermana Victoria Federica.
La hija menor de la infanta Elena y Jaime de Marichalar acaparó todas las miradas a su llegada a la capital andaluza, donde volvió a hacer gala de su estilo juvenil y cuidado en su versión más sofisticada. Victoria Federica adaptó sus gustos propios a la formalidad que requiere una fiesta de este tipo, y acertó al optar por un favorecedor vestido largo bicolor blanco y negro de corte wrap y estética minimalista con mangas asimétricas al que agregó unos botines con plataforma y tacón ancho con los que abogó por la comodidad.
La sobrina del rey Felipe VI, que acaba de cumplir 18 años y también se encuentra organizando su propia puesta de largo, completó su conjunto con un pequeño colgante al cuello y unos maxipendientes, su complemento favorito que ya se ha convertido en una de las señas de identidad de su vestidor. Esta vez eligió unos con forma de hoja en tono dorado que ya había lucido esta misma semana para asistir como espectadora de lujo a un desfile celebrado en el Hipódromo de la Zarzuela el pasado miércoles y que contrastaban con su larga melena oscura, que decidió llevar suelta. En su mano, llevaba una bolsa de la firma Loewe que probablemente contenía el regalo para Cayetana.
Su hermano, Felipe de Marichalar, también se vistió de gala y sorprendió con su faceta más elegante, que nunca habíamos visto hasta ahora. El primogénito de la infanta Elena escogió con un traje de smoking negro compuesto por pantalones, chaqueta con solapas y detalles satinados y chaleco que lució sobre una camisa blanca con juego de texturas y botones a contraste. Le sumó una pajarita que terminaba de aportar el aire de elegancia propio de una cita tan especial.