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Durante los últimos días centenares de profesionales del séptimo arte han volado hasta Italia con motivo de la muestra de cine más antigua del mundo. El Festival de Venecia, que celebra este año su 75ª edición, acoge a actores, productores, guionistas, directores y demás personalidades de esta industria que presentan sus últimos proyectos, pero también a modelos e influencers que disfrutan del estreno de estas películas y nos dejan estilismos de 10 a su paso por la alfombra roja. Una de las tops que más flashes ha acaparado ha sido la siempre impresionante Irina Shayk, que ha asistió anoche al estreno de Ha nacido una estrella, un largometraje protagonizado por Lady Gaga con guión y dirección de Bradley Cooper, pareja de la maniquí rusa.
Unas horas antes de pisar la red carpet, el actor y la modelo llegaban a la ciudad de los canales junto a su hija, la pequeña Lea, quien con tan solo 17 meses se ha convertido en una mini it girl, y que consiguió, por unas horas, robar el protagonismo a sus famosos papás. Sin embargo, por la noche la pareja acudió al prestreno en solitario y, como es habitual en ellos -aunque hicieran una excepción en la pasada Gala del MET- posaron ante los medios por separado. Él lo hizo junto a sus compañeros de trabajo, mientras que ella estuvo acompañada en todo momento por su gran amiga Donatella Versace.
La modelo llegó junto a la diseñadora con un vestido de la firma italiana, a la que suele recurrir en los grandes eventos. Se trataba de un diseño dorado -su tonalidad fetiche para las grandes citas como el Festival de Cannes, los premios Oscar o la citada Gala del MET- muy ceñido que enmarcaba sus características curvas. La creación, que cuenta con escote recto, tirantes muy finos, espalda al aire y drapeados en el pecho, es un modelo vintage de la casa con el que desfiló Naomi Campbell en la presentación de la colección primavera/verano 1996, cuando lrina tenía solo 10 años. Para completar el conjunto le ha agregado únicamente unas sandalias de tacón alto con pulsera en el tobillo en tono amarillo y ha prescindido de accesorios para cederle el absoluto protagonismo al llamativo vestido.
Con este curioso gesto, la modeló siguió el ejemplo de Kim Kardashian, que hace unos meses rescataba un diseño también de Versace, aunque en su caso una pieza del año 1995 que fue presentada por Yasmeen Ghaur, para asistir a una fiesta organizada por la revista Business of Fashion.
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