Tras algunos días de descanso, los duques de Sussex han reaparecido en público para asistir a la presentación del musical Hamilton, a beneficio de la organización Sentebale, con el objetivo de recaudar fondos para jóvenes afectados por el VIH en África. Después de unas merecidas vacaciones, Meghan Markle retoma su agenda oficial con aires renovados, incorporando una prenda que aún no habíamos visto en su vestidor. Se trata del vestido-blazer, una pieza que arrasó la temporada pasada entre celebrities e influencers, desde Marta Ortega a Diane Kruger, y que ahora llega dispuesta a seducir a las más mujeres con más estilo de la realeza.
Triunfaron los de estampado Príncipe de Gales, los de acabado glitter cubiertos de lentejuelas o las versiones Balmain más provocativas. Sin embargo, con la seguridad que aporta el color negro, y más en un acto de noche, la esposa del príncipe Harry se decanta por el más clásico de los diseños. Se trata de un vestido tipo esmoquin con escote cruzado que se ciñe a la silueta con botones frontales. Tiene las clásicas solapas de un tuxedo y los bolsillos plastrón. Aunque en los últimos meses ha incorporado a su fondo de armario firmas de renombre internacional, esta vez ha vuelto a sus orígenes estilísticos poniendo en relieve una nueva marca canadiense que no había llevado hasta hoy. Este estilismo tiene el sello de Jessica Mulroney, su estilista y fiel defensora de la moda del país.
Se trata de una creación de Judith & Charles, una firma nacida fruto de un encuentro fortuito en una isla caribeña entre un emprendedor francés y una joven con instinto en la moda. El modelo que lleva la Duquesa está bautizado como Digital Dress y, aparte del color negro, también está disponible en tono navy y burdeos. Los dos primeros solo están disponibles actualmente bajo petición, mientras que la tonalidad berenjena se puede adquirir en la tienda online oficial por un precio de 550 dólares canadienses, que equivalen a unos 365 euros. Todo apunta a que esta atractiva adquisición sucumbirá al 'efecto Meghan' y agotará próximamente las existencias.
En cuanto a los accesorios, llaman la atención los novedosos pendientes que se dejan ver gracias a un recogido en moño alto. Se trata de unas piezas bañadas en plata de ley y oro rosa de Shaun Leane, un venerado joyero británico más conocido por sus piezas escultóricas creadas para Alexander McQueen. Son el modelo Talon y se pueden encontrar en la plataforma multimarca Farfetch por 129 euros. En cuanto a los zapatos, ha apostado por la sobriedad siempre acertada del salón negro -en su caso de Stuart Weitzman- y lo ha combinado con un clutch rígido a tono con detalles metalizados.