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Aunque la incursión de Meghan Markle en el mundo de la interpretación comenzó en el año 2002, no fue hasta 2011 cuando su carrera de actriz dio un salto cualitativo al incorporarse al elenco de la serie Suits para ponerse en la piel de Rachel Zane, una existosa abogada con planes de boda. Este papel le catapultó definitivamente a la fama y le dio las directrices que, sin saberlo, años más tarde la coronarían como icono de estilo. Y es que si analizamos sus looks desde que comenzó su relación con el príncipe Harry y los comparamos con los que lucía en la pequeña pantalla, se puede afirmar que la actual duquesa de Sussex guarda ciertas similitudes estilísticas con su alter ego televisivo.
Jolie Andreatta es la diseñadora de vestuario de Suits y ha revelado que, en su día, a Meghan Markle le entusiasmaban los sofisticados looks de abogada que creaba para ella. "Meghan y yo amábamos la ropa de Rachel. Siempre decíamos que, si pudiéramos, vestiríamos siempre con sus looks", confesó la creativa a Harper´s Bazaar. La artífice de estos estilismos hizo un gran trabajo para idear un vestuario que hiciera brillar la personalidad de cada uno de los actores. En el caso de Meghan Markle, afirmó que "tener la oportunidad de crear el aspecto de Rachel Zane fue como volve a ser un niño en una tienda de golosinas". Cada uno de esos looks escondía un mensaje revelador que marcaría el estilo actual de la actual duquesa de Sussex que se puede definir en los siguientes puntos:
- Afinidad por los tonos neutros: Es común que Meghan Markle apueste por los tonos más básicos de la gama cromática, como ha hecho en muchos de los actos a los que ha asistido desde su boda con el príncipe Harry. Mientras que por el día recurre a la suavidad de los blancos, los beige o los empolvados, por la noche se permite la licencia del color negro para crear estilismos más sofisticados. Esta clave también era recurrente en el personaje de Rachel Zane, cuyos working looks carecían, en su mayoría, de estampados y apostaban por los siempre acertados básicos.
- Prendas clásicas y siluetas ceñidas: en el papel de la exitosa abogada, recurría habitualmente a camisas blancas, faldas lápiz, americanas, pantalones sastre y jerséis básicos que se ceñían a su silueta sin resultar excesivos. Estas prendas formaban un fondo de armario clásico y atemporal que se asemeja al que tiene la duquesa de Sussex para su día a día, cuando el protocolo de su agenda real le permite llevar unos looks más relajados.
- Stilettos, complementos a juego y joyas discretas: Si hay algo que define el estilo de Meghan Markle son sus inseparables stilettos. Suele tener pares similares en diferentes colores que se mimetizan con cualquiera de sus looks. Es el mismo caso que su alter ego en la serie, que acostumbraba a no bajarse de sus altísimos tacones. Además, ambas comparten su afinidad por las joyas discretas y tienden a combinar el bolso conforme a sus zapatos y al resto del estilismo.
- Firmas canadienses e internacionales: A pesar de que Meghan Markle es una firme defensora de la moda canadiense, país en el que se rodó la serie Suits, también se pudo ver a la ex-actriz desempeñando el papel de Rachel Zane con prendas de firmas reconocidas internacionalmente como Burberry. Precisamente, la duquesa de Sussex guarda en su fondo de armario prendas de esta casa británica, como el abrigo de tartán cargado de simbolismo con el que visitó Edimburgo el pasado mes de febrero.
Ella busca tonos neutrales similares a los de su antiguo personaje (Imagen: Getty Images Europe)
Rachel Zane a menudo usaba tonos apagados (Imagen: NBCUniversal)
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