Los códigos a la hora de vestir son especialmente rígidos cuando se habla de los miembros pertenecientes a la realeza. Por eso, para las duquesas de Cambridge y de Sussex es de vital importancia seguir la etiqueta y las normas de decoro. La imagen de ambas debe ser impecable en todo momento, algo que, por muy estudiado que esté el estilismo desde la cabeza hasta los pies, no siempre resulta sencillo por culpa de las inclemencias meteorológicas. Para ello, quienes asesoran el estilo de ambas tienen constantemente en cuenta todo tipo estrategias estilísticas, sobre todo cuando hace viento. Para evitar que sus looks les jueguen una mala pasada, se recurre a faldas tubo. Pero si la elección en un diseño con vuelo una de las opciones es optar por tejidos con peso difíciles de levantar con las corrientes de aire. Sin embargo, hay un secreto que las dos comparten y que va más allá de estos trucos más obvios y tradicionales.
Para momentos delicados como pueden ser bajarse de un avión o días con una previsión de fuertes ráfagas de viento, se pueden utilizar contrapesos sobre los muslos como puede ser apoyar las manos o el bolso. Sin embargo, Myka Meier, especializada en etiqueta y protocolo, reveló para The Sun otro truco que siguen ambas royals y que es más discreto: para las ocasiones en las que llevan vestidos o faldas confeccionados con materiales ligeros, la duquesa de Cambridge y Meghan Markle incorporan prendas por debajo que aumentan la electricidad estática. Bodies o enaguas de fibra logran que los diseños se mantengan pegados al cuerpo y, por tanto, sea más difícil que se levanten provocando una falta de decoro.
De esta manera consiguen ir cómodas y aguantar los eventos a lo largo del día sin riesgo a que se descomponga el conjunto por el aire, una alternativa que solventa un problema que puede afectar a todas las mujeres. Aunque las duquesas comparten este truco, otro miembro de la Casa Real británica añade otras opciones para guardar la compostura ante un clima adverso. La reina Isabel II prefiere utilizar abrigos o chaquetas largas que, precisamente, evitan que sus vestidos se muevan. Además, el diseñador predilecto de la Reina, Stuart Pavin, reveló hace unos años cuál era el secreto que mantenía la falda de la monarca siempre en su sitio: unos pesos que se utilizan para que no se vuelen las cortinas y que se pueden coser fácilmente dentro del dobladillo de las prendas. Quizás no es tan práctico como invertir en prendas interiores que atraigan la ropa a la piel, pero definitivamente es muy efectivo.