El pasado 4 de agosto fue una fecha muy especial para Meghan Markle, ya que celebraba su primer cumpleaños como esposa del príncipe Harry y, por lo tanto, miembro de la Familia Real Británica. La pareja celebró este día tan señalado de una manera diferente en pueblo de Frensham, Surreyal, donde tuvo lugar el enlace entre Daisy Jenks y Charlie Van Straubenzee, en el que Harry ejerció como padrino del novio, uno de sus mejores amigos desde que fueron juntos al colegio. Una vez más, la duquesa de Sussex acaparó todas las miradas y se convirtió en la absoluta protagonista del evento gracias a un look que ha traído de vuelta el famoso 'efecto Meghan' ante el que han caído rendidas tanto sus seguidoras como celebrities de todo el mundo, incluidas Selena Gomez o Karlie Kloss. Precisamente con la generación a la que pertenecen la cantante y la actriz tuvo un guiño la Duquesa con este último y aclamado conjunto al incluir una nota de millenial pink en él.
Para componer el look de invitada que llevó el día en el que soplaba 37 velas, Meghan optó por un vestido que causó sensación y que ha conseguido agotar hasta en dos ocasiones en tan solo una semana, volviendo a demostrar que cada una de las prendas que configuran su armario se convierten en objeto de deseo en cuanto aparece con ellas. No es, ni mucho menos, la primera vez que consigue colgar el cartel de sold out en una de sus elecciones, de hecho hace tan solo unas semanas lo logró con el bolso de mano de mimbre de J.Crew que lució en la celebración de un torneo solidario en del Club de Polo Royal County de Berkshire.
En esta ocasión, ha sido el vestido tipo camisero con falda midi plisada de la firma canadiense Club Monaco el que ha vendido todas sus unidades después de que Meghan apostara por él. En vistas del éxito de este diseño color block que combina tonos negros, blancos, verde caza y el citado rosa empolvado, la marca decidió reponerlo ayer, pero el furor ha sido tal que se ha vuelto a quedar sin stock en menos de 24 horas. El denominado vestido Shoannah tenía un coste de 394,92 euros, un precio bastante inferior a los que suelen tener los estilismos de la duquesa de Sussex, lo que, sumado a la versatilidad de la prenda y al ya famoso 'efecto Meghan' explica el fulminante éxito que ha tenido.