Era un día doblemente especial para la recién estrenada Duquesa de Sussex. Y es que, además de celebrar por primera vez su cumpleaños como miembro de la familia Windsor, este sábado Meghan Markle acompañó a su marido al enlace entre Daisy Jenks y Charlie Van Straubenzee, donde el príncipe Harry ejerció de padrino. Una fecha señalada en la que nuevamente se convirtió en la auténtica protagonista de la cita, gracias a su cada vez mayor popularidad, pero también gracias a un sofisticado vestido con el que no dudó en hace un guiño a la generación millennial, el mismo día que soplaba velas.
Quién le iba a decir hace unos años a Meghan Markle que celebraría su 37 cumpleaños en el pueblo de Frensham, en Surrey. Pese a tratarse del su primer cumpleaños como esposa del príncipe Harry, Meghan Markle acompañó este sábado a su marido a la boda de Daisy Jenks y Charlie Van Straubenzee, de quien es amigo desde que asistieron al Ludgrove Prep School en Berkshire cuando eran niños. Desde entonces ambos han sido fotografiados juntos en numerosas ocasiones, como por ejemplo la Copa Mundial de rugby en 2015.
Si en otras citas la Duquesa de Sussex había apostado por looks monocromáticos, esta vez la exactriz no dudó en apuntarse a la tendencia color block gracia a un vestido midi de corte camisero de la firma canadiense Club Monaco. Mientras la parte de arriba únicamente jugaba con un color, el azul marino, la falda plisada contaba con varias franjas: beige, azul claro, verde botella y millennial pink, un tono nuevo en el vestidor de Meghan Markle que aportaba al estilismo un toque fresco y juvenil.
La prenda de la firma canadiense resulta una gran elección ya que, además de ser un acertado diseño para un evento de día, también puede reutilizarse en un look de oficina; una versatilidad que lo convierte en una buena inversión, sobre todo si se tiene en cuenta su actual precio rebajado: 389,78 euros. Para completar el estilismo, la esposa del príncipe Harry apostó nuevamente por un tocado del sombrerero irlandés Philip Treacy, un cinturón de cuero, sus zapatos slingback favoritos de Aquazzura (550 euros), gafas de sol cat-eye de Tom Ford (165 euros, en Net-a-Porter) y un clutch de paja de Kayu Design (194.51 euros).
Sin embargo, pese a ser su cumpleaños y la estrella del momento en el Reino Unido, otro miembro de la Familia real británica, también se coló entre las mejores vestidas de la cita religiosa. Junto a su novio Jack Brooksbank, Eugenia de York acertó con un vestido azul claro de Whistles, a juego con la corbata de su pareja. Un guiño twinning que confirma nuevamente el estilo de la prima del príncipe Harry.