)
Hasta el momento siempre las habíamos visto coincidir en diferentes actos junto a sus maridos, los príncipes Guillermo y Harry de Inglaterra, por eso, la primera aparición en solitario de las Duquesas de Cambridge y Sussex ha despertado el interés de todos los medios locales, los expertos en realeza europea, pero también, los amantes de la moda. Y es que, además de ser su estreno en solitario, también ha sido la primera vez que ambas mujeres han acudido a un evento de día con una etiqueta menos protocolaria. ¿El marco elegido para esta esperada cita? Las pistas de Wimbledon, un escenario deportivo al que han ido para apoyar a Serena Williams, en la final del célebre torneo de tenis.
Tras verlas juntas la semana pasada durante el bautizo del príncipe Louis y la recepción que tuvo lugar al día siguiente durante la celebración el centenario de la Fuerza Aérea Real, Meghan Markle y la Duquesa de Cambridge han vuelto a aparecer juntas en público. Coincidiendo con la final femenina de Wimbledon las esposas de los príncipes Guillermo y Harry han llegadoa las pistas del torneo para ver el partido en el que Serena Williams (la mejor amiga de Meghan Markle) se disputaba el título con la tenista alemana Angelique Kerber. Para esta cita deportiva, las Duquesas han elegido estilismos casuals muy diferentes, pero con un denominador común: la importancia que han querido dar al blanco, un color clave en este torneo ya que todos los jugadores deben usarlo.
Para este evento, la Duquesa de Sussex ha optado por un look masculino de camisa a rayas diplomáticas azul y blanca de Ralph Lauren (cuyas mangas ha remangado ligeramente), con un pantalón blanco roto de corte palazzo, un bolso azul marino de Altuzarra y un sombrero panamá. Por su parte, la Duquesa de Cambridge ha elegido un vestido de Jenny Packham blanco con motivos geométricos en negro y un bolso crema de Dolce & Gabbana. De igual modo ambas mujeres tampoco han coincidido en el cabello. Mientras la esposa del príncipe Guillermo ha preferido soltar su melena, la exactriz ha aparecido con un elegante moño bajo, del que se desprendía un mechón. Dos estilos que, pese a su diferencia, han convenido a todos.
Durante todo el partido, las cuñadas han hecho prueba de su gran complicidad a través de divertidas muecas, charlas e intercambio de miradas. Un duelo de estilos que ha terminado en empate y buena nota para las dos.
)
)
)
)
)
)
)
)
)
