Nadie esperaba este look de la duquesa de Sussex. De hecho, no hay ni foto enfocada de la imagen. Pero la casualidad ha hecho que el efecto Meghan tomó magnitudes insospechables. Nunca un estilismo tan fugaz y mostrado de forma tan anecdótico generó tanto revuelo hasta el punto de convertirse en un éxito de ventas prácticamente agotado. Todo ocurrió el pasado miércoles cuando salieron a la luz unas fotografías de la reina Isabell II durante una recepción al George Brandis del Alto Comisionado de Australia en el Reino Unido. Tras ella, y en un discretísimo segundo plano, aparecía un cuadro que portaba un retrato de los duques de Sussex.
La imagen se convirtió rápidamente en fenómeno viral al mostrar una imagen del matrimonio que no se conocía hasta la fecha. El efecto rebote fue la pregunta ¿cómo es el look de Meghan? En la instantánea borrosa, se puede adivinar que lleva un vestido en color azul claro sin mangas, aunque con los hombros cubiertos. Comienza una investigación en redes que ya ha obtenido respuesta.
Se trata de un diseño del creador Roland Mouret. Concretamente, es el modelo Royston, muy similar al corte de uno de los iconos de la firma, el Galaxy Dress. Confeccionado en crepé de lana doble, tiene un precio de 1.471 € y ya está prácticamente agotado en todas sus tallas.
Este sello figura ya como uno de las favoritos de su vestidor. De hecho, fue el mismo que eligió para su último look que transcendió a la opinión pública antes de celebrar su boda con el príncipe Harry. En aquella ocasión, también se trataba de un diseño en color azul, aunque en tonalidad más intensa. Curiosamente, este diseñador también es uno de los que seduce a su cuñada, la duquesa de Cambridge, para su looks más acertados.