La imparable Kim Kardashian está en el punto de mira de todos tras confirmarse que será madre por tercera vez, aunque, en esta ocasión, a través de un vientre de alquiler. Por ello, su aparición en el desfile de Tom Ford dentro del marco de la New York Fashion Week se esperaba con expectación. ¿Qué contaría la esposa de Kanye West sobre su futura maternidad? Sin embargo, la atrevida celeb se tenía guardado un as en la manga para desviar toda la atención sobre esta pregunta. ¿Su truco? Recurrir a un look muy estudiado que acaparara un mayor protagonismo.
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Su fórmula estilística que acapara todas las miradas
Para conseguir que cualquier pregunta se olvidara con un look que dominara toda la atención, optó por un vestido muy entallado que dejara ver a la perfección sus pronunciadas curvas, sobre todo, en sus glúteos. Hasta aquí, nada nuevo; sin embargo, en esta ocasión, quiso decantarse por un material poco habitual sobre la alfombra roja (aunque no sea la primera vez que lo lleva), el látex. Quizá no sea la elección más cómoda para poder moverse o no pasar calor, pero es una decisión perfecta para ajustar aún más si cabe la prenda a su figura, con connotaciones muy sensuales. El diseño, de LeQuan Smith.
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No obstante, hubo un golpe de efecto extra. Kim decisión sorprender con un cambio de look radical. En vez de su característica melena azabache, lució de nuevo un tono rubio, esta vez con matiz hielo, que parecía un guiño a Daenerys de la Tormenta, personaje de Juego de Tronos interpretado por Emilia Clarke. Eso sí, quizá nos sorprenda próximamente con una nueva imagen, pues no es la primera vez que las celebs recurren a postizos o pelucas para cambiar el aspecto de su melena de forma exprés.