En el último Gran Premio de Fórmula 1 de Mónaco, Adriana Lima ha conseguido ser una de las invitadas ‘VIP’ de la que se ha hablado. Y no ha sido solo porque estuviera espectacular con un traje de chaqueta blanco (sí, la misma tendencia que recientemente llevó otra supermodelo, Gisele Bündchen), que combinaba con sandalias y gafas de espejo de línea aviado, que le sentaban de maravilla; sino por el anillo de diamantes que mostraba en su mano derecha. Muchos se aventuraron en asegurar que la modelo se había casado o al menos comprometido, a pesar de que últimamente parece no encontrar la estabilidad sentimental (a principios de marzo, rompió con su novio, el jugador de fútbol americano Julian Edelman; y poco después parece ser que comenzó una relación con el beisbolista Matt Harvey). Y así es, el ‘ángel’ de Victoria’s Secret más veterano ha contraído matrimonio, pero de forma simbólica, pues su decisión de lucir esta joyas es todo un llamamiento a confiar y estar feliz con uno mismo. Resumiendo, soltera también se está bien.
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Tener confianza en una misma
La explicación de todo esto se materializó vía ‘Instagram’. La modelo brasileña colgó una foto en su perfil social en la que con gesto de ‘silencio’ (quizá mandando callar a la rumorología) lanzaba el siguiente mensaje: “¿Qué ocurre con el anillo? Es simbólico, estoy comprometida conmigo misma y mi propia felicidad. Estoy casada conmigo. Chicas, amaros a vosotras mismas”.
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Su vestido de novia
Irónicamente, en ‘boda con ella misma’, sería el diseñador Naeem Kham la que hubiera confeccionado su vestido. Y no es que afirmemos esto de forma aleatoria, es que Adriana Lima en los últimos días se ha vestido de novia. Y no, no ha sido en un desfile, sino sobre la alfombra roja de Cannes 2017, en el estreno de la película ‘Loveless (Nelyubov)’. Concretamente, lució un diseño blanco con abalorios, escote ‘corazón’ y línea ‘sirena’: se trata del modelo ‘Brentwood’ de la colección nupcial (primavera 2018) de este creador, natural de Mumbai.