La Duquesa de Cambridge lleva la tiara favorita de la princesa Diana para la noche de mayor pompa y boato en el palacio de Buckingham
La recepción a los embajadores es considerada el principal evento social diplomático del año en Londres
La decisión más importante a la que nos enfrentamos las personas corrientes ante el armario es qué nos pondremos al día siguiente. Pero la sencilla elección de un traje o de otro, de una joya o de otra, no tiene la misma trascendencia para todos. Para la realeza el asunto es mucho más serio y no se trata jamás de un acto reflejo ni siquiera de una mera cuestión de moda o de ánimo escoger una percha u otra en ocasiones tan relevantes como la de anoche, la recepción diplomática anual. Así que, como corresponde a una de las fechas del calendario real más señaladas, todos los miembros de la Familia Real británica brillaron con sus mejores galas.
Los planes más divertidos de los Duques de Cambridge para celebrar las Navidades con sus hijos
Las lágrimas de una madre arrancan un sentido abrazo a la Duquesa de Cambridge
El nuevo 'eye liner' de la Duquesa de Cambridge
Las diez similitudes entre la Duquesa de Cambridge y Meghan Markle
Por primera vez se ha permitido a un fotógrafo que retratara a la reina Isabel y su familia en un evento que normalmente se ha mantenido en secreto por razones que hoy día nadie recuerda. Pero este año, en el que la soberana ha cumplido sus 90, se ha roto la tradición y se ha hecho pública una imagen de familia, tomada instantes antes de comenzar a recibir a los más de 1.000 invitados en el palacio de Buckingham. Isabel II, regia con un vestido blanco, una tiara de zafiro y diamantes (a juego con los pendientes y el collar), y una banda ceremonial azul con varias de sus órdenes, tomó el lugar de honor en el centro del grupo, junto a su marido, el príncipe Felipe, Duque de Edimburgo.
El príncipe Guillermo y la Duquesa de Cambridge hacían una preciosa pareja a la izquierda de la Reina. La Duquesa, siempre diplomática en el vestir, volvió a enarbolar la bandera de la moda británica con el vestido hecho a medida de Jenny Packham que estrenó el año pasado en el banquete de Estado en honor al Presidente de China y la diadema Cambridge Lover´s Knot, que era una de las favoritas de la Princesa de Gales.
Los observadores reales estaban particularmente emocionados de ver a la esposa del príncipe Guillermo con su tiara, en la quinta ocasión en la que aparecía coronada desde su boda real. En la recepción del año pasado, optó por ponerse la misma pieza, que llegó a las manos de la querida princesa Diana como regalo de bodas de la reina Isabel en 1981. Debido a su relación con la Princesa y por supuesto a la coincidencia de su denominación con el título de Cambridge, la fabulosa diadema parecía más que apropiada para que la Duquesa la llevara una vez más en el destacado evento, el de mayor pompa y boato en el palacio de Buckingham.
Esta joya fue creada en 1914 por encargó de la reina María, esposa del rey Jorge V, y tiene un diseño neoclásico realizado en diamantes talla brillante y en sus inicios (tal y como se puede ver en algunos óleos de la reina Mary) contaba con dos filas de perlas, una superior y otra inferior en forma de gota. La Princesa de Gales, que usó este aderezo en numerosas ocasiones y en citas históricas, llegó a decir que el peso y el movimiento de las perlas le causaron algún que otro dolor de cabeza. También la Reina Madre llevó a menudo la susodicha tiara cuando era joven antes de cedérsela a su hija menor, la princesa Margarita.
El príncipe Carlos y su esposa, la Duquesa de Cornualles, vestida de blanco como la Reina y con una tiara de su colección, posaban al otro lado de la Reina. Los caballeros fueron fotografiados llevando pantalones hasta la rodilla con la liga de la Orden de la insignia de la Liga, que rara vez se ve en público, justo por debajo de sus rodillas izquierdas. La difusión del retrato oficial de la Familia Real británica en la recepción diplomática descubre una velada hasta ahora oculta a nuestros ojos, ya que sólo circulaban las fotos de la caravana de coches a su llegada al palacio de Buckingham (como la de arriba), pero nunca del interior.
La recepción diplomática de corbata blanca de ayer jueves por la noche es el principal evento social del año de embajadores en Londres. La Casa Real afirma que "refleja la importancia de la Reina en las relaciones diplomáticas del país", y asisten todos los miembros mayores de la Familia Real británica, que no tienen compromisos previos. El tradicional acontecimiento supone también la recepción más concurrida de las que se celebran anualmente en el Palacio de Buckingham, con más de 1.500 dignatarios invitados de alrededor de 130 países. La ocasión perfecta para la perfecta realeza.