Gracias a la firma Calvin Klein, Travis Fimmel pasó de ser un anónimo jugador de fútbol, que ayudaba a sus padres en la granja familiar, a convertirse en uno de los hombres más deseados del planeta. Y es que acababa el año 2001 cuando este australiano de melena larga y rubia nos mostraba su fornido cuerpo con los diseños de ropa interior de la marca estadounidense. Pero ahí no quedó todo, pues la compañía le eligió también para que promocionara sus diferentes líneas de moda y cosméticos. Una fama que creció como la espuma y que pronto aprovechó para abrir las puertas de un nuevo terreno profesional, el de la interpretación, que, actualmente, le ha llevado a convertirse en protagonista de la serie ‘Vikingos’ (‘Vikings’).
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