Francesco Trussardi era, junto a su hermana Beatrice, quien llevaba las riendas de la empresa familiar.
La fatalidad se ha cebado, una vez más, con la familia Trussardi, dueña de la marca del mismo nombre. Y es que tan sólo tres años después de que el patriarca, Nicola Trussardi, muriera en un trágico accidente de tráfico, ha fallecido en idénticas circunstancias el hijo de éste, Francesco, de 29 años.
El imperio Trussardi tiene sus orígenes en 1910, cuando Dante Trussardi y su hermano crearon un negocio de guantes artesanales de cuero. El apellido pronto se hizo famoso y fue sinónimo de lujo y distinción. La marca, sin embargo, se convirtió en el gran imperio que hoy conocemos con la llegada, en 1970, de Nicola, hijo y sobrino de los fundadores.
Todo marchaba a las mil maravillas para esta familia hasta que el destino le jugó la primera mala pasada. Era 1999 y Nicola regresaba a su casa de Bergamo conduciendo su Mercedes. El violento choque contra un poste convirtió el automóvil en un amasijo de hierros y el empresario murió en el acto. Sus hijos Francesco y Beatrice fueron, desde entonces, el referente de la familia, el primero en los asuntos económicos y la segunda como presidenta de la Fundación Trussardi y como responsable de comunicación.
Tres años después, la historia se repite. Un Ferrari, un poste en la carretera y un fatal accidente... La familia ha pedido que se respete su intimidad para despedir a Francesco de forma privada.
Ahora, todos los ojos están puestos en Beatrice, la otra heredera, que tendrá que hacerse con las riendas de todo el negocio. Quizás sea el momento de que entren en juego los hijos pequeños de la familia, Gaia y Tomaso.