La etiqueta Donna Karan International sufre cambios importantes desde que ha sido adquirida por el poderoso grupo mundial del lujo LVMH. Y es que su nuevo dueño ha decidido trasladar todos los procesos de producción y distribución de la marca norteamericana a Italia para conseguir precios más competitivos.
Esta iniciativa, tomada por la empresa que dirige Bernard Arnault, ha causado un auténtico revuelo entre los círculos de moda, pues Donna Karan es una marca totalmente vinculada a la ciudad de los rascacielos desde su nacimiento, en 1984.
Hace 17 años, la diseñadora neoyorquina Donna Karan fundaba su propia etiqueta y comenzaba a comercializar con éxito sus creaciones a nivel internacional. La marca de Donna Karan se hizo rápidamente un hueco en el mercado, y caló hondo en la sociedad norteamericana con su estilo elegante y muy cómodo, de colores discretos y refinada sobriedad.
A principios de abril, se confirmaba la noticia de la adquisición de la marca americana por el imperio Louis Vuitton-Möet Henessy, y la determinación de que Donna continuara al frente del departamento de diseño.
Así, la firma se unía a la larga lista de prestigiosas empresas que LVMH había integrado en los últimos años entre sus filas, como Givenchy, Dior, Loewe, Louis Vuitton, Celine, Kenzo o Möet & Chandon.
Tras haber pagado los 46.000 millones de pesetas que exigía el hacerse con la etiqueta norteamericana, el grupo de Arnault traslada la empresa a Italia, desde donde las prendas Donna Karan se producirán con el mismo estilo al que nos tiene acostumbrado la que sigue siendo su diseñadora.