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Se esperaba que cumpliera estrictamente con el protocolo, y así ha sido. En el funeral del Papa Francisco, doña Letizia debía vestir de negro o en tonos oscuros, con un vestido de manga larga y prescindir, en la medida de lo posible, de adornos. Esto atañe también a los zapatos, que preferiblemente deben ser a tono y de tacón bajo, y a las joyas, ya que no está concebido llevar nada ostentoso. Además, el protocolo del Vaticano recomienda que se cubra la cabeza con una mantilla que la Reina podía llevar con o sin peineta, un elemento del que, finalmente, ha prescindido.
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Los Reyes de España llegaron ayer viernes a Roma para asistir al funeral de Estado del Papa Francisco, fallecido el 21 de abril a los 88 años. Visitaron la embajada de España, donde recibieron una cálida acogida de ciudadanos españoles. Antes de la misa exequial en San Pedro, los Reyes y la delegación española acudieron a despedirse ante el féretro del Pontífice, al igual que a miembros de otras Casas Reales.
Doña Letizia ha lucido un vestido negro, muy protocolario, que ha llevado con mantilla de encaje a tono. Para las joyas, discretas y nada ostentosas, ha elegido los pendientes de perlas australianas —tienen la particularidad de que se pueden hacer más largos o cortos según las necesidades— y un broche lleno de historia. Se trata de una de las joyas de pasar —las que dejó en herencia a sus sucesoras la reina Victoria Eugenia, esposa de Alfonso XIII—. Es una pieza circular de oro decorado con una gran perla central rodeada por dos halos de diamantes, de la que cuelga una perla en talla pera.
Ya la vimos con esta pieza en el funeral de Juan Gómez-Acebo y también en la visita del presidente de la República Árabe de Egipto, Abdelfatah El-Sisi, a España. Aunque en esa ocasión hizo una modificación, al extraer la gran perla colgante. Hasta el momento, no se había atrevido a desmontar la joya, como sí hizo antes la reina Sofía.
¿Cuándo ha llevado mantilla con peineta la reina Letizia?
Son contadas las ocasiones en las que doña Letizia ha llevado la mantilla con peineta. Decidió lucirla en su primera visita al Vaticano en 2004, pocas semanas después de su boda con don Felipe, para su encuentro con Juan Pablo II. Sin embargo, en sus viajes posteriores, en 2011 y 2013, prescindió de ella. Y desde que es Reina nunca la hemos visto con este dúo tan español. Tampoco en los actos de amadrinamiento de banderas, en los que doña Sofía y las infantas Elena y Cristina siempre la lucían.
Esta decisión no es casual. Desde que es Reina, doña Letizia prefiere elegir en eventos protocolarios estilismos que reflejan una adaptación de las tradiciones a los tiempos actuales. Ha procurado diferenciar su estilo del de generaciones anteriores, mostrando una monarquía más adaptada al siglo XXI. Esto se traduce en elecciones como preferir velos más discretos o tocados sencillos en vez de mantilla y peineta.
A la que sí hemos visto llevarla con frecuencia es a doña Sofía. La primera vez fue durante su luna de miel. Tras su conversión al catolicismo, la entonces princesa Sofía fue recibida por el papa Juan XXIII en el Vaticano; una audiencia a la que acudió vestida de negro, con mantilla y peineta. También lo hizo durante las exequias del papa Juan Pablo II en la plaza de San Pedro; o en la misa de inicio de pontificado del papa Benedicto XVI, donde acudió de blanco, haciendo uso del privilegio de las reinas católicas. Por no hablar del gran número de eventos de carácter religioso o protocolario a los que ha asistido a lo largo de los años con este dúo tan español.
El 'privilegio de blanco' que sí llevó doña Sofía en el funeral de Pablo VI
El funeral de Pablo VI, celebrado en el verano de 1978, fue muy diferente al de otros pontífices. No solo porque buena parte se celebrase en la plaza de San Pedro para acoger a multitud de fieles que querían dar su último adiós al Papa, también porque fue la última vez que las reinas católicas pudieron usar el privilegio blanco en una ocasión así.
El privilegio blanco es una excepción del protocolo del Vaticano para la realeza católica que disfrutan doña Letizia y solo cinco mujeres más —doña Sofía, la gran duquesa María Teresa de Luxemburgo, Charlene de Mónaco y Paola y Matilde de Bélgica— permite lucir el color de la sotana del Papa en su presencia en audiencias y encuentros con el Pontífice no tan solemnes. Este privilegio simbólico de pureza, inocencia y paz es una deferencia para estas Casas Reales por haber mantenido su fidelidad a la Iglesia Católica.
Aunque actualmente esta excepción no aplica en funerales, donde impera el luto, en aquel momento las cosas eran diferentes —tampoco la realeza monegasca tenía todavía este privilegio—. Doña Sofía llevó mantilla y vestido blancos, adornado con un collar de perlas de tres vueltas. Una imagen para la historia.